Este fin de semana compartí con la Coordinación Nacional de Estudiantes, o como los conocemos en la CECE, la CNE. Quizá te preguntes ¿quiénes son la CNE y qué hacen?, espero que este blog responda tus preguntas.
La CNE, es uno de los estamentos de la CECE, conformada por los coordinadores estudiantiles electos o designados por su Grupo Local. Los coordinadores elegidos, sirven por un año en la CECE, por lo general, desde la Asamblea celebrada en noviembre hasta la entrega de su informe anual el siguiente año.
Los coordinadores estudiantiles que están en la CNE son la voz de los estudiantes universitarios, ellos son el enlace entre la universidad y la CECE. Son quienes se encargan de los programas en los eventos nacionales como Campamento Nacional, EFE (Encuentro de Formación de Estudiantes), Fondotón, reuniones mensuales de oración y son los vocales en las reuniones trimestrales de la Junta Directiva.
Tienen, además, la importante tarea de elegir junto a otros equipos, el Libro del Año, libro que nos acompañará a lo largo del año siguiente. Fue así como, la CNE anterior, eligió el libro de Daniel, por el cual todos en la CECE hemos transitado, y ha sido una elección que nos ha llenado de ánimo y desafío en nuestro servicio.
El libro de Daniel nos recuerda que servir a Dios requiere fidelidad, valentía y una confianza inquebrantable en su soberanía, aun en medio de contextos adversos. Cada historia, desde la firmeza de Daniel al negarse a contaminarse con los alimentos del rey, hasta la fe de sus amigos frente al horno de fuego, nos inspira a permanecer fieles en nuestra misión como CECE. Este libro nos ha desafiado a entender que, al igual que Daniel, somos llamados a ser testigos de Dios en espacios donde su mensaje no siempre es bienvenido, y nos anima a liderar con integridad, sabiendo que Él está con nosotros en cada paso del camino.
Ahora, te invito a leer la experiencia de dos miembros de la CNE saliente:
Isaac Gómez
Estudió de la carrera Ing. en sistemas de información, sirvió como coordinador general de los grupos locales en Guayaquil, amante de la música, la ciencia y la fe.
Ser parte de la CNE ha sido una de las experiencias más formativas y enriquecedoras de mi vida. Durante mi tiempo como estudiante, siempre busqué espacios donde crecer no solo académica sino espiritualmente, y la CNE se convirtió en ese lugar clave. Servir aquí me permitió aprender a liderar con humildad, escuchar con empatía y planificar con propósito. Además, el libro de Daniel fue una fuente constante de inspiración, especialmente en cómo mantener la fidelidad a mis valores cristianos incluso en entornos complejos, como los desafíos de la Universidad y el trabajo.
Al asumir el rol de coordinador, experimenté lo que significa caminar junto a otros estudiantes, aprender de sus experiencias y trabajar juntos por una misión más grande: ser luz en nuestras universidades. Ahora, como graduado en Ingeniería en Sistemas, puedo decir con confianza que las habilidades que desarrollé en la CNE, como: el trabajo en equipo, la gestión de proyectos y la comunicación efectiva, han sido fundamentales para mi vida profesional. Invito a todo estudiante a sumarse a esta tarea, porque no solo marcarán la diferencia en sus grupos, sino que también Dios transformará sus vidas de maneras que no imaginan.
Annabel Herrera
Actualmente estoy cursando la carrera de Educación Básica en línea en la UNEMI, en Milagro. Conocí a la CECE en el 2020 y ahora sirvo como coordinadora de manera virtual.
La CNE ha sido un espacio fundamental en mi vida como estudiante, un lugar donde he podido experimentar un crecimiento significativo tanto espiritual como personal. Desde el momento en que me uní, me di cuenta de que no solo se trataba de un grupo de estudiantes, sino de una comunidad apasionada por servir y aportar con nuestros dones y talentos a cada estudiante en diferentes eventos. A través de diversas actividades, como estudios bíblicos, charlas y campamentos, he tenido la oportunidad de profundizar en mi comprensión de las Escrituras y de cómo aplicarlas en mi vida diaria. Este proceso de aprendizaje ha sido enriquecedor, ya que no solo he adquirido conocimientos teóricos, sino que también he podido practicar y vivir esos principios en un entorno de apoyo y amor.
Servir en la CNE ha sido una experiencia transformadora. Desde el principio, me sentí acogida y escuchada, lo que me permitió abrirme y compartir mis propias experiencias y desafíos. Al involucrarme en diferentes roles y actividades, he aprendido el verdadero significado del servicio: no se trata solo de dar, sino de conectarse con los demás y construir relaciones significativas. He podido ver cómo mis esfuerzos pueden impactar positivamente la vida de otros, lo que ha sido increíblemente gratificante. Además, el trabajo en equipo ha sido una parte esencial de mi experiencia en la CNE. He aprendido a colaborar con otros, a escuchar y a valorar las ideas y perspectivas de mis compañeros. Esta dinámica no solo ha fortalecido nuestra comunidad, sino que también me ha enseñado habilidades valiosas que llevaré conmigo más allá de la CNE. La empatía y la escucha activa se han convertido en competencias clave en mi vida diaria, permitiéndome entender mejor las necesidades de los demás y responder con amor y apoyo.
En este contexto, el libro de Daniel ha tenido un impacto profundo en mi vida y en mi servicio en la CNE. Las historias de fe y valentía de Daniel, que se mantuvo firme en su fe a pesar de enfrentar adversidades, me han inspirado a ser resiliente en mi propio camino. Me ha recordado la importancia de permanecer fiel a mis convicciones, incluso cuando las circunstancias son desafiantes. La sabiduría y el discernimiento que Daniel mostró en situaciones difíciles son lecciones que aplico en mi vida diaria y en mi servicio. Cada vez que enfrento decisiones difíciles, me pregunto cómo podría actuar en base a los principios que Daniel nos enseña. La CNE ha sido mucho más que un grupo; ha sido un hogar donde he podido crecer, aprender y servir. Estoy agradecida por cada experiencia, cada desafío y cada logro, ya que todos ellos han contribuido a mi desarrollo integral como estudiante y como persona.
Guadalupe Muñoz
Lupita está casada con Willy y ejerce la maternidad con su sobrina Astrid y su hija Elena. Recientemente obtuvo una Maestría en Comunicación Organizacional. Es miembro activo de la iglesia Luterana Arca de Noé, donde lidera el Ministerio de Preadolescentes. En su tiempo libre, disfruta de los cangrejos y de hacer postres. Actualmente sirve como Directora Nacional de la CECE.