Sembrar en la Universidad

Somos gratos con nuestros Asesores Pastorales, quienes acompañan y forman a los estudiantes universitarios. Esta semana, queremos reconocer la tarea diligente y dedicada de dos de nuestras Asesoras, quienes han terminado su tiempo de servicio y misión con la CECE. Hoy leemos las reflexiones de Cristina Chiluiza, Asesora de la ciudad de Ambato: 

La Comunidad de Estudiantes Cristianos del Ecuador – CECE se convirtió en una parte fundamental de mi vida. Todo comenzó cuando cursaba mi segundo año de Universidad, un grupo de estudiantes llegó a mi aula para invitar a una reunión de Estudios Bíblicos. Lo que comenzó como una simple curiosidad y expectativa por conocer más acerca de Dios se convirtió, poco a poco, en una experiencia transformadora. No solo asistía semana tras semana a los estudios, sino que comencé a involucrarme en el grupo local en actividades enfocadas en compartir el Evangelio en la Universidad Técnica de Ambato con otros estudiantes. Fue ahí donde descubrí una pasión por la Palabra de Dios que moldeó mi corazón, mi llamado y mi relación con Él. 

Servir en la CECE no es solo una oportunidad, es un llamado. Al estar en el grupo, comprendí cuánto necesitaban los estudiantes universitarios conocer el Evangelio de manera personal, auténtica y cercana. Entendí que la Universidad es un campo de misión, donde el Evangelio puede transformar vidas y formar discípulos entre los estudiantes. 

Acompañar a los estudiantes no siempre fue fácil, hubo muchos desafíos: entender sus luchas, necesidades, contextos diferentes, heridas emocionales, dudas sobre la fe, desánimo, aceptar que no siempre los resultados eran inmediatos. Pero en medio de todo este panorama hubo momentos inolvidables con los estudiantes, como ver su crecimiento espiritual, comprometerse con la misión, su disposición para facilitar por primera vez un estudio bíblico, compartir el Evangelio de manera pública.  

La CECE ha sido un espacio donde he crecido, no solo en mi conocimiento de la Biblia, sino también en carácter y liderazgo. También aprendí a depender de Dios en oración, buscar su dirección en cada situación y saber que Él obra incluso en mis limitaciones, su Fidelidad me dio fuerzas para seguir adelante. 

Ser parte de esta Comunidad me permitió ser parte de la vida de otros estudiantes al caminar juntos a ellos en sus momentos de alegrías y tristezas. Cada estudio de la Palabra, sus oraciones, a compartir su fe con amor y valentía, a servir con humildad. 

Este caminar como asesora en la CECE Ambato ha sido un privilegio que ha dejado una huella profunda en mi corazón, me ha permitido ser parte de algo eterno, la edificación del Reino de Dios en la Universidad, a través de la vida transformada de cada estudiante por medio de su poder y amor.  

Ahora empiezo un nuevo capítulo de mi vida bajo la dirección de Dios. 

¡Gracias Comunidad de Estudiantes Cristianos del Ecuador!