Durante el mes de mayo hemos sido anfitriones del Encuentro de Formación de Obreros (EFO), un evento de capacitación regional para los nuevos Obreros (Asesores) quienes trabajan con los líderes estudiantiles día a día en la misión universitaria. En la segunda semana, los participantes fueron enviados en equipos a diversas ciudades del Ecuador para servir en espacios de Conectar con la Universidad con los Grupos Universitarios de la CECE en: Quito, Guayaquil, Latacunga, Manta, Portoviejo, Urcuquí y Milagro. Juntos en el campus organizaron espacios de escucha, servicio y diálogo con la Universidad. Hoy compartimos testimonios de lo vivido en ese tiempo de misión:
Jonatán Gaguancela
Soy un apasionado teólogo pastoral y pastor en la iglesia Somos Uno ICU. Estoy casado con Johii y juntos tenemos dos hijos, Samuel y Sol. Actualmente, colaboro con la CECE con la Universidad de Investigación de Tecnología Experimental Yachay Tech.
Llevamos a cabo la Semana de la Universidad en Urcuquí, donde se encuentra la Universidad de Investigación de Tecnología Experimental Yachay Tech. Tuvimos el agrado de recibir a Liliane (Brasil), Cris (Perú) Mónica y Luis (Costa Rica) y a un invitado muy especial, Gustavo Sobarzo (Chile), quien sería una pieza fundamental para el conversatorio de ciencia y fe que planificamos.
La experiencia que compartimos con estos cinco obreros fue muy enriquecedora. Desde su llegada, pasamos tiempo muy productivo en la Universidad: subidos en las camionetas para llegar a la U, conocimos los campus, hablamos con estudiantes y organizábamos todo para lo planificado unos meses atrás. Logramos cumplir con las metas establecidas, realizando una visita al Club Cristiano de la U, que nos ayudó con los respectivos permisos para realizar los eventos.
Hicimos el Proxy, donde tuvimos la oportunidad de cantar canciones mientras varios estudiantes almorzaban y acompañarlos con una amena conversación, invitándoles al grupo de la CECE. También desarrollamos “las mesas calientes”, donde tratamos temas de salud mental y relaciones interpersonales, generando muy buenas conversaciones y entablamos nuevas amistades, quienes se han sumado al grupo de la CECE con mucho entusiasmo.
Asimismo, participamos en un evento de la Universidad llamado “Jam”, donde regalamos café a los estudiantes que respondieran preguntas sobre ciencia y fe, obteniendo muy buenas respuestas, que queremos tratarlas en las reuniones de la CECE durante lo que queda del semestre. Encontramos muchas alegrías al desarrollar los eventos establecidos y también enfrentamos desafíos, los cuales, con mucha resiliencia, logramos superar.
Aunque las autoridades no nos permitieron realizar el conversatorio de ciencia y fe que tenía el apoyo de varios PhD de Yachay, creyentes y no creyentes, y de varios clubs de Yachay; decidimos realizar el evento online. Aproximadamente 60 estudiantes y profesionales se conectaron, lo cual trajo muy buenos comentarios y consideramos la posibilidad de realizarlo de manera presencial en el futuro.
Mi suegrita Consuelito preparó un rico cuy para nuestros invitados, quienes probaron este delicioso plato típico del Ecuador. La última noche, con los coordinadores del GU, los obreros y mi familia, agradecimos a Dios cada momento vivido mientras nos despedíamos, esperando que algún día Dios nos permita volvernos a encontrar.
Nathalia Cedeño
Tengo 21 años, soy de Manta-Manabí, estudio Derecho y voy cursando séptimo semestre. Me gusta mucho pero mucho el encebollado y amo ver los atardeceres, me gusta leer. Actualmente sirvo como coordinadora estudiantil en la ULEAM.
Durante la Semana de la Universidad, en Manabí tuvimos la alegría de celebrar a los graduados y dar la bienvenida a nuevos estudiantes en la comunidad de Pacoche, entregamos invitaciones y dialogamos con estudiantes de UTM en Portoviejo y ULEAM en Manta sobre la pregunta: ¿Qué necesitas para vivir en paz? Y visitamos varios de nuestros Socios estratégicos animándonos en la misión.
En lo personal, uno de los desafíos fue dejar mis miedos atrás, y llegar al corazón de cada uno de los estudiantes, compartiendo sobre Dios e invitándolos al grupo de la CECE. Siempre me ha costado hablar con más personas y desenvolverme correctamente, pero gracias a Dios tuve personas a mi lado que me animaron en cada momento. A lo largo de esta experiencia, entendí que Dios puede quitar nuestros miedos a través de su Palabra. Me sentí muy animada de estar con el equipo de obreros durante la semana y mostrarles un poco de lo lindo de nuestro Manabí, como el rico encebollado.
Para mí, formar parte de este grupo de obreros fue una experiencia sumamente enriquecedora y gratificante, me hizo sentir especial y valorada. Tuve la oportunidad de compartir no solo nuestros conocimientos, sino también aspectos de nuestras respectivas culturas, tradiciones y gastronomía. Dios en su infinita misericordia, envía personas a nuestro alrededor para ser nuestro apoyo, así como lo fueron cada uno de ellos con su empatía y solidaridad, nos brindaron el aliento necesario para superar uno de mis desafíos, que es hablar con otras personas. Esta experiencia no solo amplió mis horizontes culturales, sino que también profundizó mi comprensión de la importancia del apoyo mutuo y la resiliencia. Me enseñó que, independientemente de nuestras diferencias, podemos encontrar unidad y propósito a través del respeto y la fe compartida.
Tener la oportunidad de conocer y comprender las perspectivas de los estudiantes universitarios nos permitió conectar con ellos de manera más efectiva y significativa. Esta actividad resultó ser una experiencia enriquecedora, y estoy convencida de que hemos sembrado valiosas semillas en sus corazones y mentes. Confiamos en que, con el tiempo, Dios hará crecer estas semillas en ellos. Esta experiencia no solo nos permitió entender mejor a los estudiantes, sino que también reforzó nuestro compromiso de acompañarlos en su camino y ver el impacto positivo de nuestro trabajo en sus vidas.
Me siento bendecida por Dios de ser parte de esta comunidad tan linda, me llevo muchos aprendizajes de cada uno de los chicos que nos acompañaron en esa semana, me animaron, me inspiraron, me enseñaron.
¡Estos son solo dos testimonios de todo lo que Dios hizo en esos días de misión! Somos muy gratos por todo lo vivido durante la Semana de la Universidad y el EFO. Oramos que las semillas esparcidas den mucho fruto.