“Creo que muy a menudo hemos deshumanizado las empresas en una especie de anónima recopilación abstracta de recursos y talentos que se describen más fácilmente en términos económicos, sin embargo, las empresas son empresas humanas llenas de individuos que toman decisiones individuales y hay que entenderlas como lugares donde las personas viven, no simplemente como entidades económicas.”- Chris Houston
Esta es una de las ideas que nos plantea Chris en su manuscrito, o como él lo llama, un pequeño e-book titulado “For Goodness’ sake: Satisfy the hunger for meaningful business”, escrito para la serie llamada “Red Paper “de Ogilvy Mather, una de las empresas que ha sido su cliente por más de 20 años.
Chris Houston es un consultor con vasta experiencia quien, a través de su empresa de consultoría, The Change Alliance, ayuda a sus clientes a lograr un cambio fundamental en las organizaciones que lideran. Su experiencia abarca más de 25 años como consultor, coach, mentor y facilitador de líderes sénior en América del Norte, Europa Occidental y Asia. Para Chris el trabajo es una vocación, un oficio y una pasión. Cuenta con una mente creativa, pasión por los resultados y un corazón afectuoso con sus clientes; experto en temas de estrategia comercial, desarrollo de liderazgo, organización y gestión del cambio.
Una de las más profundas influencias en su vida ha sido su padre, James M. Houston, un académico primero en Oxford y luego presidente fundador de Regent College en Vancouver. Chris y James han adoptado una búsqueda de lo personal: el enriquecimiento de la experiencia humana a través de una orientación hacia el “otro” en lugar del “yo”.
Con los antecedentes mencionados, la intención de este artículo es poner sobre la mesa lo que el autor nos plantea y desafía con lo que respecta al mundo de los negocios hoy en día. El manuscrito tiene la intención de hacernos ver de una forma particular dos fenómenos aparentemente desconectados que están sucediendo en el mercado:
- Lucha por el crecimiento
- Participación de los empleados
En una combinación entre la interpretación de los patrones de nuestra cultura e ideas sobre cómo colectivamente podríamos cambiar las empresas y, más particularmente, cómo personalmente podríamos involucrarnos en este cambio. Chris plantea tres elementos fundamentales (los vértices de un triángulo) para el carácter de una empresa con propósito, los mismos que nos ayudan a resolver las dos problemáticas expuestas anteriormente:
Telos: El autor menciona esta palabra griega en casi la mayor parte de su escrito que implica una vida en virtud, en función del bien de los demás. Es más preciso definido como el propósito de una organización para los demás, en donde servir a los dueños y accionistas con crecimiento monetario o una buena penetración de mercado no es el objetivo principal.
Marca íntegra que refleja el “telos”: La expresión externa de la identidad de la empresa la cual debe ser auténtica, pero esto no es suficiente, debe haber una congruencia entre la autenticidad y la integridad.
Cultura alentadora que prueba el “telos”: Expresión interna de la identidad de la empresa relacionada con el sistema de convivencia, normas y estructuras que debe ser evidentes y puestas en práctica por todos los miembros de la organización.
Como complemento a estos tres elementos, el autor sugiere dos atributos personales útiles para hacer de las empresas negocios con propósito y son: humildad y valentía.
La humildad es una cualidad que nos deja ver correctamente el lugar de uno en el contexto de una relación correcta con los demás. No exige timidez, pero es una virtud que insiste en la autoconciencia, la inteligencia social, la confianza y el servicio a los demás. La valentía es una cualidad que nos lleva a hacer lo correcto a pesar del costo personal. No exige actos heroicos ni buenos discursos, más bien, toma valentía el retar a un empleado experto que es una mala influencia para otros empleados y la cultura organizacional, a pesar que sea alguien muy exitoso y bueno en lo que hace.
En conclusión, lo que el autor transmite a partir de sus múltiples ejemplos y consejos es que convertir los negocios en un agente para el bien solo es posible en la medida en que cada uno de nosotros podamos ver nuestras propias necesidades y deseos en el contexto de los demás y actuar con humildad y valentía. Si lo hacemos más a menudo, juntos podremos hacer que los negocios y el mundo mejoren un poco.
Para terminar, la enseñanza más grande que me llevo de este material es que no necesito ser el gerente o dueño de la empresa para hacer la diferencia en la misma, yo puedo hacerlo desde el rol en el que me desempeño con las herramientas que he adquirido.