Al releer algunos de los ensayos teológicos de C.S. Lewis, he sido sorprendido una vez más por cuan estimulantes y relevantes permanecen.

Su ensayo “Apologética Cristiana” (1945), que apareció primero como una ponencia a clérigos anglicanos, es premonitorio al gentilmente amonestar a estos últimos por estar fuera de contacto con el pensamiento de una Gran Bretaña rápidamente cambiante y por proclamar un mensaje que simplemente no tenía ningún sentido para la mayoría de la clase trabajadora. Mientras enviaba misioneros a otras partes del mundo, la Iglesia en Gran Bretaña no había despertado a la realidad de que la misma Gran Bretaña necesitaba ser evangelizada—y en maneras no tradicionales.

“Un siglo antes nuestra tarea consistía en edificar a aquellos que habían sido criados en la Fe: nuestra presente tarea consiste mayormente en convertir e instruir a infieles. Gran Bretaña es parte del campo misionero tanto como China. Si ahora fueran enviados al grupo Bantú, ustedes serían instruidos en su lenguaje y tradiciones. Ustedes necesitan una instrucción similar acerca del lenguaje y hábitos mentales de sus propios no educados y no creyentes compatriotas. Muchos pastores son bastante ignorantes sobre este tema. Lo que yo he aprendido acerca de esto, lo he aprendido hablando en los regimientos de la FAR (Fuera Aérea Real)”

Deberíamos estar agradecidos de que Lewis no aprendió teología en una institución teológica. Él fue autodidacta. Su experticia académica estaba en las áreas de la Literatura Inglesa y la Filosofía. Estas generalmente proveen una mejor educación para los comunicadores cristianos, siempre y cuando, obviamente, de que estos al igual que Lewis, estén dispuestos a escuchar y aprender de la gente no académica con las cuales interactúan. Lewis tenía un voluminoso intercambio de correspondencia escrita (¡no había correo electrónico o teléfono celular en ese entonces!) a lo largo de su vida con hombres y mujeres de todos los trasfondos sociales, mayormente a través de sus charlas radiales y sus populares cuentos de niños. Él parecía haber estado igualmente cómodo tanto en el Salón Común para Profesores, el pub local, o la cantina del cuartel de la FAR. (La vida de un catedrático de Oxford en esa época era obviamente más relajada que la de hoy. Sin la presión de ‘publicar o morir’).

Un extracto de su ensayo “Apologética Cristiana” (1945) resuena tanto con lo que he venido diciendo por muchos años que no puedo sino reproducirla aquí:

“Yo creo que cualquier cristiano que está calificado para escribir un buen y popular libro en cualquier área, puede hacer mucho más bien en esto que al escribir una obra directamente apologética. La dificultad a la que nos enfrentamos es la siguiente. Podemos hacer que la gente (con frecuencia) preste atención al punto de vista cristiano por media hora o más; pero el momento en que se han ido de nuestra conferencia o dejado a un lado nuestro artículo, otra vez se conectan al mundo donde la posición contraria es la que se da por sentada. Cada periódico, película, novela y libro de texto debilita nuestro trabajo. En la mediad que esa situación exista, un éxito extendido es sencillamente imposible. Debemos entonces atacar la línea de comunicación del enemigo. Lo que queremos no es más pequeños libros acerca del cristianismo, sino más pequeños libros sobre otras áreas escritos por cristianos—obviamente, con su cristianismo latente.

Ustedes pueden darse cuenta de esto más fácilmente si lo miran desde el ángulo opuesto. Nuestra fe no es probable que vaya a ser sacudida por ningún libro sobre hinduismo. Pero si cuando leemos un libro de educación básica sobre Geología, Botánica, Política o Astronomía, nos encontramos que sus implicaciones eran de inspiración hindú, eso sí nos sacudiría. No se trata de que los libros escritos en defensa directa del materialismo hacen del hombre moderno un materialista; sino más bien todos los presupuestos materialistas en el resto de los libros. De la misma manera, no son libros sobre cristianismo que problematizan a alguien. Pero este alguien podría problematizarse si cada vez que desea leer una introducción a alguna ciencia, el mejor trabajo disponible siempre está escrito por un cristiano. El primer paso para la reconversión de este país es una serie, producidas por cristianos, que pueda superar a editoriales como Penguins y Thinker’s Library en su propio terreno. Su cristianismo habría de ser latente, no explícito: y por supuesto, su ciencia perfectamente honesta. Ciencia torcida en favor de los intereses de la apologética, sería pecado y un disparate.” (Énfasis del texto original).

Por Vinoth Ramachandra
27 de septiembre, 2017
Material Original: https://vinothramachandra.wordpress.com/2017/09/27/rethinking-apologetics-with-lewis/

El Dr. Vinoth Ramachandra es Secretario de Diálogo y Compromiso Social de la IFES. Vive en Sri Lanka con su esposa. Este blog representa el pensamiento de Vinoth y tiene por fin ser un recurso para los movimientos de IFES para iniciar y modelar conversaciones sobre diferentes temas. El blog no pretende ser la voz oficial de IFES ni de CECE en las temáticas que trata.

Publicación traducida por Josué O. Olmedo Sevilla, quien junto a su esposa Ruth sirve en la Comunidad de Estudiantes Cristianos del Ecuador -CECE-, movimiento universitario afiliado a IFES.