Damos gracias a Dios por cada Asesor Pastoral de la CECE quienes sirven con alegría, dones y corazón para acompañar y formar a los estudiantes universitarios. Recientemente, Carlos Ruiz terminó su tiempo de servir como Asesor en la ciudad de Loja y hoy compartimos sus reflexiones sobre la misión.
Mi vinculación con la Comunidad de Estudiantes Cristianos del Ecuador se remonta al año 1989. En esta época trabajaba en HCJB la Voz de los Andes y algunos de mis colegas de trabajo formaban parte de esta organización. Dios ya tenía un plan perfecto para mi vida y nunca me podría haber imaginado que después de diecisiete años terminaría vinculado con la CECE. Estoy muy agradecido con Dios y con la CECE por haberme permitido servir como Asesor Pastoral todos estos años y por darme la oportunidad de escribir este blog donde intentare resumir mi experiencia.
Si hay una palabra que puede definir nuestra trayectoria ministerial durante estos últimos veinte y cinco años de servicio misionero es MENTOREO. Las palabras del apóstol Pablo a Timoteo cuando le aconseja diciendo: “Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otro” (2 Timoteo 2:2), han marcado la hoja de ruta en cómo debemos ser y hacer la misión de Dios para asegurarnos que la obra del Señor continue cuando pasemos la posta.
Nuestra trayectoria ministerial ha sido trabajar con jóvenes adultos en sus diferentes etapas de la vida. Nuestros primeros años de servicio los dedicamos a formar y enviar jóvenes a diferentes campos de misión con la organización con la que trabajamos. Durante esos primeros años Dios nos permitió ser parte del inicio y fortalecimiento de la obra misionera en Ecuador. Vimos salir muchos jóvenes de varias congregaciones y vimos nacer otras organizaciones que comenzaron a promover y enviar misioneros.
En el año 2016, terminamos una etapa de trabajo y nos mudamos a vivir en la ciudad de Loja. Fue aquí cuando nos unimos al trabajo de la CECE para asumir el rol de Asesores Pastorales y retomar la misión de llevar el mensaje de Jesús en las universidades en Loja. Debo reconocer que el trabajo con estudiantes universitarios era nuevo y conllevó retos y desafíos. Mi experiencia con la CECE durante estos últimos años ha sido de continuo aprendizaje. Las herramientas que recibí me ayudaron a poder hacer mejor la tarea pastoral y ser más efectivo.
Servir como Asesor ha sido una de las experiencias más lindas de mi vida. La satisfacción más grande que me llevo es ver la obra del Espíritu Santo transformando la vida de los estudiantes para ser verdaderos discípulos de Jesús. in embargo, no todos responden de la forma como planeamos. Dios tiene su tiempo y su momento y creo que entender los tiempos de Dios ha sido mi más grade desafío.
Dejamos este espacio de servicio como Asesores Pastorales con la satisfacción de haber hecho lo que Dios nos permitió hacer a pesar de las pruebas físicas, emocionales y espirituales. Hemos confirmado una vez más que la obra del Señor no es nuestra sino de Dios. Nos trae paz reconocer que no somos indispensables y que servir en la gran obra de redención es un privilegio y no un derecho. Sabemos que Dios ya ha preparado de antemano las personas que continuarán el trabajo en la ciudad de Loja. No es una despedida indefinida de este ministerio. Mas entendemos que es tiempo de pasar posta a las nuevas generaciones. Nos vamos expectantes de lo que Dios tiene para nosotros en los próximos meses o años. Gracias por permitirnos ser parte de esta hermosa comunidad.
Carlos Ruiz
Estoy casado y tengo dos hijas. Servimos como misioneros en Loja con una organización misionera. Estudié una licenciatura en Teología y Misiones y una MA en liderazgo en Ministerio.