En reconocimiento al día internacional de la mujer, en el blog de hoy te invito a caminar en los zapatos de Noemí, una mujer vulnerable y valiente, cuya historia se encuentra en la narrativa bíblica del libro de Rut. ¿Cuál es el origen de este día y porqué lo celebramos? El 8 de marzo fue declarado como el día internacional de la mujer por las Naciones Unidas en 1997, el cual busca reconocer siglos de lucha a favor de la igualdad, la justicia, la paz y el desarrollo.
¿Por qué reflexionar en la historia de Noemí? Primero, porque al leer la historia de Noemí y de Job se puede observar algunos paralelos entre sus experiencias. Job es el libro del año para la CECE, en el que estamos explorando su vivencia del sufrimiento y sus preguntas honestas a Dios. Mientras muchos han escuchado la reflexión de Job en cuanto al sufrimiento, conocemos poco de la voz de Noemí y su realidad como mujer que vive la vulnerabilidad en su máxima expresión, su reclamo a Dios y su confianza en Dios.
Segundo, porque a pesar de ciertos avances en igualdad laboral o educación, la vida de Noemí sigue reflejando la realidad de muchas mujeres hoy. Mujeres obligadas a huir como refugiadas sin amparo legal o familiar por una crisis de guerra o hambruna. Mujeres luchando para criar a sus hijos e hijas solas y sin recursos suficientes. Mujeres sufriendo violencia verbal, física o sexual en su contexto familiar o en su lugar de trabajo. El Evangelio nos llama a hacer escuchar su voz, cuidar a los vulnerables, tomar acciones de solidaridad y luchar en contra de estructuras injustas.
Las vidas de Job y Noemí se encuentran en ruinas y ambos hacen preguntas honestas a Dios. La historia de Noemí inicia en Belén, junto con su esposo Elimelec y dos hijos, quienes son obligados a emigrar a Moab, un país vecino por motivo de una crisis humanitaria y una hambruna. También es la realidad de muchas familias hoy, la desesperación de no poder dar de comer a su familia. ¿Qué desafíos enfrentó Noemí por ser una extranjera? Aprender a otro idioma, cultura, creencias y manera de vivir, estar lejos de su familia y lidiar con los prejuicios de ser diferente. De inmediato la historia nos cuenta de la muerte de su esposo y ambos hijos. El colapso del mundo de Noemí no fue de un solo día, fueron décadas de tragedia y sufrimiento.2 Inmigrante, viuda, sin hijos y sin el respaldo económico y relacional de su familia extendida. Por ser una mujer en un contexto patriarcal, su vulnerabilidad es aún mayor que la de Job en medio de su sufrimiento.
En este momento de profunda oscuridad, Noemí regresa a su tierra y vemos la decisión radical y solidaria de su nuera Rut de dejar su tierra, familia de origen y fe para acompañar a Noemí. Al momento de llegar a Belén escuchamos el reclamo de Noemí a Dios cuando dice: “Ya no me llamen Noemí repuso ella. Llámenme Mara, porque el Todopoderoso ha colmado mi vida de amargura. Me fui con las manos llenas, pero el Señor me ha hecho volver sin nada. ¿Por qué me llaman Noemí, si me ha afligido el Señor, si me ha hecho desdichada el Todopoderoso?” (Rut 1:20-21).
Es interesante que aún en su reclamo, su centro sigue siendo Dios. Ella muestra su confianza en el Dios de Israel reconociendo su soberanía y busca regresar a su pueblo dónde encuentra provisión, esperanza y un futuro. Observamos que el rol de la comunidad es esencial en momentos de pérdida y sufrimiento. Job recibe el acompañamiento de sus amigos en su dolor (Job 2:11-13) y Noemí recibe la solidaridad y acompañamiento de Rut y su comunidad en Belén. Rut busca trabajo en el tiempo de cosecha y Noemí conoce y apela a las leyes dadas por Dios para la provisión de la viuda, y el necesitado (Dt. 24:19 en el pueblo de Israel). Además, vemos la acción de Booz, un hombre que usa su posición en la comunidad para velar por el futuro de Noemí y su familia haciendo valer las leyes entregadas por Dios para la protección de la viuda (Rut 4:3-11). Al final de la historia, “Las mujeres le decían a Noemí: ¡Alabado sea el Señor, que no te ha dejado hoy sin un redentor! ¡Que llegue a tener renombre en Israel! 1Este niño renovará tu vida y te sustentará en la vejez, porque lo ha dado a luz tu nuera, que te ama y es para ti mejor que siete hijos” (Rut 4:14-15).
La presencia y respuesta de Dios a Noemí se hace evidente en las acciones de Rut y de Booz en proveer pan, familia y tierra. En medio de la fragilidad y vulnerabilidad de estas mujeres y de Job, Dios se sigue revelando como soberano, proveedor y quien alcanza en misericordia.
En este día internacional de la mujer, aprendamos de la historia de Noemí. Desde un profundo compromiso con el Evangelio y confianza en Dios en medio de la crisis global, les invito hacer escuchar la voz de las más vulnerables, tomar acciones de solidaridad y luchar por la igualdad, la justicia y la paz.
Recursos recomendados:
- Ruth: Pan, Familia, Tierra por Carlos Mesters
- The Gospel of Ruth por Carolyn Custis James
- Comentario Bíblico Contemporáneo Latino Americano de Certeza
- https://www.un.org/es/observances/womens-day/background
Ruth Hicks
Ruth es de Nueva Zelanda y vive en Ecuador 18 años. Está casada con Josué y tiene dos hijas. Sus estudios son en Fisiología y Nutrición, Desarrollo Comunitario y Teología. Ha trabajado con universitarios por 20 años, y actualmente sirve como Directora Nacional de la CECE.