Esta es la última entrega en la serie de artículos titulados “¡Nadie quedó con vida!”. El propósito de la serie es reflexionar sobre pasajes difíciles del libro de Deuteronomio. Estos pasajes describen acciones violentas de Israel comandadas por Dios en contra de ciertas naciones. Les animo a que lean los anteriores blogs: Parte 1 y Parte 2. Más que brindar una interpretación definitiva sobre estos pasajes, que por su naturaleza misma rebasan tal pretensión, el abordaje ha sido el de brindar insumos de interpretación para que los estudiantes y profesionales de la CECE que están explorando este libro, puedan orientarse en su propia lectura y lucha con esos pasajes difíciles. El camino recorrido hasta ahora ha sido el siguiente: identificar los textos, descubrir algunas “grietas” literarias, e ir ofreciendo algunas observaciones; esto a manera de insumos. Les ofrezco un par más a continuación.
Los pasajes difíciles en Deuteronomio, donde se comanda la “destrucción total” de ciertas naciones, hay que leerlos tomando en consideración la advertencia misma de Dios a su pueblo de que ese también podría ser su destino si obstinadamente le desobedecen. Veamos algunos pasajes. Deuteronomio 6:13-15. La advertencia a Israel es que serían borrados de la faz de la tierra si siguen a otros dioses. Deuteronomio 8:19-20. Se advierte a Israel que sería destruido tal como las otras naciones si cae en idolatría. Esa misma advertencia y consecuencia se mantiene en otras secciones del libro, incluidas las maldiciones por la desobediencia (cf. 9:14, 19-20, 25-26; 11:6, 28; 27:9-26; 28:15-68; 29:19-29; 30:17-18; 31:14-29; 32:1-43, es un canto de testimonio en contra de Israel). Según el relato, las advertencias en contra de Israel superan en número y drasticidad a las de las naciones que Israel fue comandado atacar. Y al igual que con estas naciones, la “destrucción total” de Israel por su desobediencia, no fue tal. Israel sí experimentó el juicio de Dios, pero no el ser borrados de la faz de la tierra. Para muestra un botón: todavía hay Israel en el tiempo de Jesús. Esto nos lleva al siguiente punto.
Los pasajes difíciles en Deuteronomio, donde se comanda o se advierte la “destrucción total” de ciertas naciones y del mismo Israel, hay que leerlos tomando en cuenta el género literario usado en aquel tiempo para registrar o narrar las victorias militares o conquistas de territorio. Este es un tema fascinante y no podemos entrar en muchos detalles acerca del mismo en este espacio, pero resalto lo siguiente que lo aprendí en un curso reciente con el pastor y biblista australiano Dr. Mark Glanville, residente en Vancouver, Canadá, quien plantea esta hipótesis:
- Las victorias militares de los imperios asirio y babilónico eran registradas y usadas como propaganda ideológica para consolidar el dominio sobre las naciones conquistadas. Por eso su lenguaje totalizador y glorificador del rey-dios y su nación (por ej., “destrucción TOTAL”, que es frecuente en estos textos militares).
- Con una intención que hoy llamaríamos poscolonial o decolonial, el Israel exiliado en tierras asirias y babilónicas, es decir bajo dominio imperial, se apropia de ciertos elementos de estas narrativas y las reelabora con su propia historia como contrapropaganda ideológica ante los discursos hegemónicos para así afirmar su fe, identidad y vocación como pueblo de Dios. Así se entiende la forma final de varios libros del AT.
- Los relatos como el de Deuteronomio, no son tanto acerca de la eliminación de ciertas naciones por parte de Israel, como sí lo son acerca del mismo Israel: su destino de exilio y juicio por su propia desobediencia, su vocación y búsqueda de su identidad como pueblo de Dios, y la presentación del Dios que devuelve la tierra al que se la fue quitada violentamente.
Los pasajes difíciles en Deuteronomio, donde se comanda o se advierte la “destrucción total” de ciertas naciones y del mismo Israel, hay que leerlos tomando en cuenta la clara convicción descrita en el libro de Deuteronomio del favor del SEÑOR por los vulnerables de la tierra en ese tiempo: la viuda, el huérfano y el migrante vulnerable. Enfoquémonos en el migrante vulnerable y la legislación para su protección y cuidado. La ley sobre su justa “contratación laboral” (24:14-15), el dejar parte de la cosecha para el consumo del migrante vulnerable (24:19-21), su descanso en día de reposo (5:12-15), su acceso a comida ritualmente impura para el israelita pero en buenas condiciones para el extranjero (14:21ª), un proceso judicial justo (1:16-17; 10:17-19; 24:17; 27:19), su participación en festividades nacionales (16:1-15), un diezmo dedicado para su atención y cuidado (14:28-29), su participación en ceremonias de la renovación de la alianza (29:9-15), el amor leal del SEÑOR por el migrante vulnerable que se expresa en provisión de comida y vestido, además del mandato a Israel a amar lealmente al migrante vulnerable (10:15-19). Recordar este claro énfasis a favor del migrante vulnerable nos evitará interpretar los textos difíciles en una suerte de “Dios e Israel contra los extranjeros”.
Los pasajes difíciles en Deuteronomio, donde se comanda o se advierte la “destrucción total” de ciertas naciones y del mismo Israel, hay que leerlos tomando en cuenta otras estrategias interpretativas que han surgido a lo largo de siglos sobre pasajes de violencia en el Antiguo Testamento. Entramos en una conversación con interlocutores de diferentes trasfondos y persuasiones sobre el tema. Ofrezco un apretado resumen del momento de la conversación, me guío por uno ofrecido por el biblista Scott McKnight, que me parece muy didáctico:
- interpretación tradicional y más: no hay problema ético en esos pasajes, Dios puede hacer lo que desea pues no está limitado ni siquiera por la ética que ha pedido a su pueblo: él puede matar, si lo considera conveniente o justo, nosotros no.
- interpretación tradicional: hay un problema ético en esos pasajes, Dios debe actuar según su carácter; no entendemos completamente esos pasajes, pero asumimos que reflejan una parte del santo carácter de Dios que ahora no logramos ver bien.
- interpretación antitradicional: esos relatos describen iniciativas puramente humanas que son relatadas como comandadas por Dios, pero no es el caso; el “dios” descrito allí no es el verdadero Dios, de quien aprendemos verdaderamente en Jesucristo.
- interpretación antitradicional y más: el “Dios” descrito en esos pasajes es claramente un genocida, femicida e infanticida, ¿a quién se le ocurre creer en este “Dios”?
- interpretación de la trayectoria redentora incremental: los pasajes y sus contextos son difíciles y no los entendemos completamente, pero vistos a la luz de la trayectoria redentora incremental de la totalidad de la narrativa bíblica, sabemos que tienen su contribución a tal narrativa, pero no son la primera ni la última palabra sobre el gran plan de Dios ni sobre su carácter (el profesor Glanville y otros entran en esta categoría).
La descripción breve de esas estrategias interpretativas debe hacernos ponderar que mucho se ha dicho y que ninguna posición es definitiva. Uno puede sentir simpatía o antipatía por algunas, pero incluso optando por una estrategia la tarea consiste en seguir luchando con el texto.
Para concluir quiero expresar que espero que estos insumos en estas tres entregas les sean útiles. Sigamos lidiando con estos textos difíciles sin volvernos obsesivos con los mismos; hay mucho que está claro y evidente en las Escrituras y hay que enfocarnos primariamente en aquello.