En Juan 1:1-5 encontramos una verdad fundamental: Cristo es la luz que resplandece en las tinieblas y estas no pueden vencerla. Dios creó todo para su gloria, incluidas las universidades. Sin embargo, el pecado ha corrompido muchas áreas de la sociedad, y las instituciones educativas no son la excepción.
En Ecuador, el crecimiento del narcotráfico, la violencia y la indiferencia han impactado gravemente la vida universitaria. La presión social y la falta de valores han llevado a muchos estudiantes a alejarse de la verdad, y el testimonio cristiano dentro del campus a menudo es desafiado.
Pero Jesús nos llama a ser luz. En Mateo 5:14-16, Él nos dice: “Vosotros sois la luz del mundo…”. En este contexto, ser luz significa reflejar a Cristo en medio de la oscuridad, mostrando el Evangelio a través de nuestras palabras y acciones.
¿Cómo ser luz en la universidad?
En un ambiente universitario hostil a la fe, hemos de recordar que: “El evangelio es el poder de Dios para salvación” (Romanos 1:16). No necesitamos adornarlo ni suavizarlo, sino proclamarlo con fidelidad. La clave está en compartirlo con claridad y amor, confiando en que Dios transformará los corazones. Los distintos materiales que tiene la CECE como el Proxi ayudan mucho en las estrategias para evangelizar al igual que los talleres para los estudiantes.
¿Por qué muchos cristianos sienten vergüenza o miedo de compartir el Evangelio en la Universidad?
El temor al rechazo es real, pero la Escritura nos recuerda, en el mismo versículo de Romanos 1:16: “Porque no me avergüenzo del evangelio…” (Romanos 1:16). Ser luz implica vivir sin temor, recordando que Dios nos ha llamado a dar a conocer las verdades del Evangelio. Desde mi experiencia como Profesional de Apoyo y ahora como Asesor Jr. de la CECE, veo la necesidad del acompañamiento relacional con los estudiantes, animarlos, enseñarles y orientarles ha hecho que ellos mismos tomen la iniciativa de continuar con la obra estudiantil.
La universidad presenta muchas tentaciones, pero Romanos 12:2 nos exhorta: “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento”. La clave está en no adoptar los valores del mundo, sino en ser renovados por la Palabra. En el grupo de Yachay Tech hemos visto mucha presión social, pero nos hemos mantenido unidos. Nos ha ayudado pasar tiempo juntos en la U, participar en la iglesia local e incluso en actividades que realizamos en nuestra casa como juegos y conversaciones mientras los chicos lavan su ropa en nuestra casa mientras compartimos comida y pasamos un tiempo agradable.
¿De qué manera podemos marcar una diferencia tangible en la Universidad?
Romanos 13:10 nos dice que “el amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor”. Ser luz no es solo hablar del Evangelio, sino demostrarlo con amor genuino: ayudando al necesitado, acompañando a los que sufren y mostrando misericordia incluso a quienes nos han hecho daño. Cada creyente es llamado a vivir con convicción. Un liderazgo cristiano genuino en la universidad significa depender de Cristo y guiar a otros a Él. El liderazgo estudiantil lo ejercemos todos y lo hemos vivido en el servicio al prójimo, siendo últimos y sirviendo en lo que más podamos en la universidad.
¿Cómo crear y fortalecer un grupo cristiano dentro de la universidad?
Un Grupo Universitario sólido se construye sobre la comunión en la Palabra, la oración y el amor fraternal, recordando que somos llamados a edificarnos unos a otros.
Cada experiencia es diferente, pero sabemos que “la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios” (Romanos 10:17). Aunque algunos rechacen el mensaje, confiamos en que Dios obrará en los corazones a su tiempo. Y seguimos invitando, y haciendo amigos para que ellos puedan ver a Cristo en nosotros.
El desafío de seguir brillando
Las circunstancias actuales de nuestro país hacen que ser cristiano en la Universidad sea un reto. Sin embargo, la luz de Cristo no puede ser apagada. No estamos solos en esta misión. Dios nos ha dado su Espíritu y nos ha llamado a permanecer en su verdad.
Así que, en medio de la oscuridad, sigamos firmes. Que nuestra vida y testimonio reflejan a Cristo, para que otros puedan ver en nosotros la luz del Evangelio. Como dice Romanos 13:12, “La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz”. Por último, creo que nos ayuda mucho continuar a pesar de que las cosas no salgan como esperamos, ser perseverantes en el llamado que Dios nos ha hechos es seguir confiando en su soberanía y el no darnos por vencidos es parte de su llamado.