En esta apretada exploración del Espíritu Santo en las Escrituras hemos explorado al Espíritu como creador, profético y prometido. En esta ocasión nos concentraremos en explorar la persona y obra del Espíritu Santo en Lucas-Hechos.
El Espíritu Santo en los inicios de la vida de Jesucristo y su futura misión
En los primeros dos capítulos del Evangelio de Lucas vemos al Espíritu Santo muy activo. En el anuncio del nacimiento de Juan el Bautista, se describe que él será lleno del Espíritu Santo desde el nacimiento (Lucas 1:15-17). En el anuncio del nacimiento de Jesús se dice que su concepción será por obra del Espíritu Santo (Lucas 1:35). Elizabeth, madre de Juan el Bautista, es llena del Espíritu Santo al oír el saludo de María. Bendice a María y ésta glorifica al Señor con un canto (Lucas 1:41). Zacarías, padre de Juan el Bautista, lleno del Espíritu Santo profetiza (Lucas 1:67). Simeón un hombre con quien estaba el Espíritu Santo, de quien recibió la promesa de que vería al Mesías, fue movido por el Espíritu a ir al templo. Encuentra al bebé Jesús y lo bendijo reconociendo en él al rey siervo sufriente (v32; cf. Isaías 42:6; 49:6), y bendijo a sus padres y “profetiza” a María (Lucas 2:25-34).
El Espíritu Santo en el inicio de la misión de Jesucristo
Juan el Bautista describe el ministerio de Jesús en términos del bautismo con el Espíritu Santo y fuego (Lucas 3:15-20). En el bautismo de Jesús el Espíritu Santo desciende y se escucha una voz del cielo (cf. Isaías 42:1; Lucas 9:35). Se identifica aquí a Jesús como el ungido rey siervo sufriente (Lucas 3:21-22). En el contexto de la tentación de Jesús se lo describe a él como lleno del Espíritu Santo y dirigido por éste al desierto (Lucas 4:1-13). En el contexto del ministerio de enseñanza de Jesús se lo describe como estando “en el poder del Espíritu” (Lucas 4:14). En el contexto de una liturgia en la sinagoga y de su participación en la misma, Jesús se describe a sí mismo como aquel sobre quien está el Espíritu Santo y la unción de éste para el anuncio, liberación y sanidad; es decir, Jesús se identifica y asume la vocación del rey siervo sufriente (Lucas 4:16-30; cf. Isaías 61:1-2).
El Espíritu de Dios, la misión de Jesús y la misión de sus discípulos
Jesús lleno de alegría por el Espíritu Santo celebra los logros en la misión de sus discípulos (Lucas 10:21). En el contexto de una enseñanza sobre la oración, el Maestro describe al Espíritu Santo como el regalo o don del Padre (Lucas 11:11-13). En la ocasión de una polémica con líderes religiosos, Jesús afirma que una muestra de la llegada del reinado de Dios es que él expulsa demonios y libera personas con el poder de Dios (Lucas 11:20; cf. Mateo 12:28=por el Espíritu Santo). Jesús en el contexto de una advertencia a sus discípulos de cuidarse de imitar a los fariseos señala que la blasfemia contra el Espíritu Santo no tendrá perdón (=oponerse activamente al obrar de Dios en Jesús, Lucas 12:10; cf. 11:20). En el mismo contexto, Jesús promete la asistencia del Espíritu Santo a sus seguidores, y afirma que les enseñará qué responder cuando comparezcan frente a autoridades por causa de la persecución (Lucas 12:11-12). Aquí damos un salto hasta el último capítulo de Lucas, pues no hay menciones específicas al Espíritu Santo en los capítulos intermedios. En la aparición de Jesús a un grupo de discípulos, luego de su resurrección, les asegura que enviará la promesa del Padre (el Espíritu Santo prometido) y les manda quedarse en la ciudad hasta ser revestidos de poder de lo alto (lenguaje referido al Espíritu Santo, Lucas 24:49).
El Espíritu Santo, la enseñanza de Jesús, la promesa del Padre y el empoderamiento de los discípulos
En la primera mención del Espíritu en Hechos, se describe a Jesús enseñando e instruyendo a sus discípulos por medio del Espíritu Santo (Hechos 1:1-2). Jesús habla de la promesa del Padre: el bautismo con el Espíritu Santo (Hechos 1:4-5; cf. Lucas24:49). Jesús habla del empoderamiento de sus discípulos con el Espíritu Santo para ser dar testimonio de él (Hechos 1:8).
El Espíritu Santo y la fiesta de Pentecostés: cumplimiento de una promesa (Hechos 2)
La fiesta de Pentecostés fue originalmente una celebración agrícola cuando se completaba la cosecha llamada la Fiesta de las Semanas (cf. Levítico 23:15-21). Luego de ser destruido el primer templo se añadió a esta fiesta la celebración de la entrega de la ley a Moisés en el Sinaí. El cumplimiento de la promesa del derramamiento del Espíritu se relata en Hechos como un ruido como de ráfaga de viento, lenguas de fuego, llenos del Espíritu Santo y hablar en lenguas según el Espíritu le concedía a la comunidad de discípulos (Hechos 2:2-4. cf. Ezequiel 37). El relato continúa con la predicación del apóstol Pedro quien proclama lo siguiente a la multitud: (a) el cumplimiento de lo prometido por Dios a través del profeta Joel (vv17-21; cf. Joel 2), (b) la dispensación del Espíritu por Jesús, quien lo recibió del Padre el Espíritu Santo y ahora lo derrama (vv32-33), y (c) la disponibilidad del don y promesa del Espíritu para todos, entonces hay que dirigirse a Jesucristo en arrepentimiento (vv.38-39) (Hechos 2:14-40). El relato de la llegada del Espíritu finaliza con la descripción del perfil de una comunidad que vive el derramamiento del Espíritu (Hechos 2:41-47). Las siete características de la comunidad del Espíritu son: enseñanza apostólica (v42), comunión (v42), partimiento del pan (v42), oración (v42), prodigios y señales (v43), redistribución económica (vv44-45) y adoración (v46-47). Todavía hay más material que explorar en el libro de los Hechos sobre el Espíritu Santo, pero dejo el recorrido aquí pues las orientaciones del accionar del Espíritu ya están trazadas para el resto del libro.
Finalizo así este breve peregrinaje sobre la persona y obra del Espíritu Santo en las Escrituras. Espero que esto despierte el apetito de los estudiantes y profesionales por explorar más del Espíritu en la Biblia y por abrirnos más a su accionar en nuestras vidas. ¿Cuál es el accionar del Espíritu? Como hemos visto en el recorrido por Lucas-Hechos, el accionar del Espíritu está alrededor de Jesús, su misión y la misión de sus seguidores. Como bien lo describe el lema de este año — “Entrelazados por el Espíritu, enviados a la misión” — el Espíritu forma una comunidad alrededor de Jesús para la extensión de su reino a través de nuestro testimonio en palabras y obras en las universidades y lugares de trabajo. ¡Que seamos llenos del Espíritu como individuos y comunidad, que nos comprometamos con la misión de Dios!
Josué Olmedo
Josué O. Olmedo Sevilla actualmente sirve en el equipo de Conectar con la Universidad de IFES América Latina y es parte de la Iniciativa Cosmos y Logos de IFES. Josué sirvió como Director Nacional de la CECE del 2012 hasta el 2019. Odontólogo de profesión. Casado con Ruth Hicks y padre de dos niñas.