En estas últimas semanas hemos visto a varios estudiantes de la CECE graduarse. Obviamente estamos muy contentos por este paso significativo en sus vidas y en el de sus familias. Usualmente una graduación es la expresión del esfuerzo sostenido de toda la familia. Quiero dejar con los graduados del 2018 un par de orientaciones:
- Desarrolla una visión teológica de tu trabajo. Esto tiene que ver con explorar el vínculo entre la fe y el trabajo. Así como exploraste la relación entre la fe y la universidad en el contexto de la CECE, te animo a que ahora lo hagas respecto del trabajo. El mundo laboral—a nivel público, privado, en relación de dependencia o con un propio emprendimiento—tiene sus potencialidades y amenazas, además de su propia lógica. Por lo tanto necesitas abordarlo de manera particular pues es diferente que ser estudiante universitario. Un excelente espacio para hacerlo es el núcleo de profesionales de la CECE, en donde se explora este tema con recursos como ¿Dónde está Dios los Lunes?, por citar un ejemplo.
- Más independencia, más responsabilidad. La transición de la universidad al ejercicio profesional te brinda más independencia. Manejas tu propio salario, tu propio horario, tus actividades sociales, etc. Algunos jóvenes profesionales caen en la ilusión de que esta nueva situación de mayor independencia les da permiso para ‘hacer lo que les da la gana’. La verdad es que a más independencia se espera más responsabilidad y compromiso. Esta transición es una buena ocasión para empezar o continuar con buenos hábitos como el ahorro, hacer deportes, cuidar la dieta, cultivar amistades.
- Sé intencional en ofrendar tu dinero y talento a la CECE. Me acuerdo muy bien de lo orgulloso que me sentí al ver el primer cheque girado a mi nombre por el Ministerio de Salud cuando era Odontólogo Rural. Seguro que también estás agradecido por tus primeros salarios. De pronto no vienen tan ‘gorditos’ como esperabas, pero por algo se empieza. Te animo a que consideres ofrendar parte de tu salario para el ministerio de la CECE. Operamos gracias a esas ofrendas. Puedes comprometerte a ofrendar regularmente a un asesor o asesora, o dirigir tu ofrenda a otras areas como capacitación o administración. Junto a tu ofrenda pon a disposición tus talentos para el servicio de la CECE y de la iglesia local. ¡Plata y persona!, como solemos decir. Por favor escribe hoy mismo a donaciones@somoslacece.com y con gusto te daremos más información acerca de cómo direccionar tu ofrenda.
- Recuerda que eres más que un profesional. Es cierto que vas a invertir alrededor de 40 horas a la semana en tu trabajo, y debes hacerlo diligente y significativamente para la gloria de Dios y el servicio de otros. Sin embargo, no caigas en la trampa de creer que fundamentalmente eres un ‘profesional’. James Houston, fundador de Regent College y mentor de muchas generaciones, es enfático en afirmar que debemos luchar contra la corriente de la sociedad de que definamos nuestra identidad fundamentalmente en nuestro trabajo o profesión. La verdad es que eres fundamentalmente una persona creada a imagen de Dios, con otras virtudes y necesidades más allá de lo laboral; por lo tanto mantén y profundiza tus vínculos con el Señor, tu iglesia local, tus amigos, tu familia y con la sociedad en general. Busca espacios y relaciones donde recibir y dar.
- Cuida de tí mismo y administra sabiamente tus proyectos. Reitero lo dicho anteriormente en cuanto a empezar o continuar buenos hábitos como el ahorro de dinero, diezmar y ofrendar, hacer deporte o actividad física, comer saludablemente, cultivar amistades, estudiar la Biblia y orar, congregarte en tu iglesia local, servir a los más vulnerables, leer buenos libros, etc. La verdad es que necesitas invertir en tí mismo para mantenerte saludable y apto física, emocional, intelectual y espiritualmente. “Ser más para servir mejor”, dijo Ignacio de Loyola. Esta es la época en que vas a emprender significativos proyectos en tu vida. Seguro estás pensando en proyectos personales como estudios de posgrado, ascender en tu empleo, hacer crecer tu emprendimiento, establecer alguna relación sentimental con miras al matrimonio, o de pronto estás intentando reinventarte totalmente pues descubriste otra vocación. No intentes hacerlo todo a la vez, o dar grandes pasos en todo. Avanza estratégicamente y con sabiduría.