¿Cuál es la verdadera sabiduría? ¿Dónde encontrar las respuestas ante los misterios? ¿Cómo aprender a ser sabios? El libro de Daniel nos relata una serie de sucesos dramáticos sobre la vida de la corte y los desafíos de quienes fueron llevados al exilio. El capítulo 2 presenta un conflicto alrededor de la sabiduría, con la pregunta: ¿Quién tiene la verdadera sabiduría y el poder absoluto?
Nabucodonosor, había tenido varios sueños que le dejaron perturbado y sin dormir. El rey desesperado acude a todos los sabios, magos y astrólogos de su época, con una demanda que parecería ser injusta e impulsiva, buscando la interpretación de sus sueños. Los sabios descritos aquí, llamados también caldeos, eran una casta de los adivinadores que recurrían a la magia y sabiduría esotérica. En Babilonia era muy normal la existencia de estos grupos que practicaban hechicería y adivinación. “Los babilonios pasaban mucho tiempo consultando a los espiritistas para aplacar a los demonios, interpretar sueños, adivinar el futuro, buscar la protección contra los espíritus inmundos, contra los hechizos y las brujerías” (p.362).
En el relato, vemos que estos sabios no tenían el poder para decirle a Nabucodonosor qué había soñado y mucho menos para interpretarlo. Ellos admitieron que eran ignorantes e incapaces y que sus dioses no revelaban este tipo de detalles a los mortales. Ante esta imposibilidad, el rey emitió el decreto de ejecutar a todos los sabios.
El jefe de la guardia fue a buscar a Daniel para matarlo, porque fue puesto “en la misma categoría de quienes les faltaban recursos espirituales” (p.364). Pero él, ante esta situación tan compleja, responde con una serie de acciones sabias: habló con mucho tacto y sensatez cuestionando la decisión violenta del rey y fue a verlo a solicitar tiempo para dar la interpretación del sueño. Además, recurrió a sus amigos Ananías, Misael y Azarías, para juntos pedir misericordia al Dios que revela los misterios (v.14-18).
Es impresionante observar cómo Daniel mantuvo la compostura bajo la presión, demostrando prudencia y discreción. E inmediatamente, se pone en acción recurriendo a la fuente de toda sabiduría, a través de uno de sus recursos espirituales: la oración. Daniel y sus amigos suplicaron a Dios que les sea revelado el misterio por medio de su sabiduría.
Entonces el significado del sueño, que era un misterio para los sabios de Babilonia, fue revelado a Daniel en una visión de noche. (La interpretación del significado del sueño, lo dejaremos para el campamento en el taller: Profecías, Sueños y Visiones, así que inscríbete pronto).
Dios hace despliegue de su carácter y Daniel alaba al Dios del cielo porque “suyos son la sabiduría y el poder… A los sabios da sabiduría y a los inteligentes, discernimiento. Él revela lo profundo y escondido, y sabe lo que se oculta en las sombras… A ti, Dios de mis antepasados, te alabo y te doy gracias. Me has dado sabiduría y poder” (20-23).
Este capítulo nos invita a poner en la balanza dos clases de sabiduría: la humana y la divina. Vemos claramente las limitaciones de la sabiduría humana y la profundidad de la divina. En la vida universitaria, podemos enfrentarnos constantemente a dilemas sociales y académicos, en donde necesitamos con urgencia hallar sabiduría; ante la constante toma de decisiones con la presión de ceder a ante las normas culturales que contradicen los valores; en medio de discusiones académicas o debates sobre cuestiones profundas, somos animados por el ejemplo de Daniel, quien mantiene su integridad y busca la guía de Dios a través de la oración y la sabiduría, en compañía de sus amigos. Somos desafiados a mostrar humildad al reconocer las limitaciones del conocimiento humano y estar abiertos a la sabiduría que proviene de Dios. Todo esto nos permite contribuir de manera significativa a la comunidad universitaria y nuestra misión.
¡Qué Dios generoso que da su sabiduría a quienes le buscan! ¡Qué Dios tan grande, dueño de la sabiduría y los misterios! Daniel nos invita a alabar al Dios verdadero, quien es todopoderoso, sabio y nos da sabiduría para enfrentar la vida con confianza. ¡Que juntos crezcamos en sabiduría!
Referencias: Comentario Bíblico Mundo Hispano, tomo 12: Ezquiel y Daniel. Editores: Juan Carlos Cevallos y Rubén Zorzoli. Editorial Mundo Hispano
Andrea Utreras
Andrea es Psicóloga Clínica. Trabaja como Asesora Pastoral de la CECE, acompañando a Grupos Universitarios en Manta, Portoviejo y Riobamba. Actualmente sirve como Coordinadora General del grupo de jóvenes universitarios C3 de la Iglesia Evangélica de Iñaquito. Disfruta de leer, traducir y pintar en acuarelas.