¡Ecos de esperanza por toda la región andina! El Encuentro Cristiano Universitario Andino (ECUA) 2024, nos dejó muchos aprendizajes, nuevas amistades, ánimo en la Palabra y sobre todo esperanza. Hoy compartimos testimonios de los estudiantes de nuestra delegación ecuatoriana.
Yordy Apolo
Soy Yordy de la Universidad Particular de Loja (UTPL) sigo la carrera de Artes Visuales.
El eco de esperanza que me llevo es saber que, aunque Dios pueda parecer que está en silencio ante las peticiones que le hago, Él está obrando en su voluntad, y esa voluntad siempre será buena. Una de las cosas que más me enseñó el ECUA sobre hacer misión en la Universidad es a ser más empático con mis compañeros, escuchar sus opiniones y tomarme el tiempo para analizar sus respuestas. Disfruté mucho de compartir con otras culturas de América Latina fue descubrir que, aunque no compartamos las mismas doctrinas debido a nuestros diferentes contextos eclesiásticos, siempre nos une un mismo sentir: la pasión por Jesús.
Génesis Alvarado
Estudiante de la carrera Producción para medios de comunicación en Espol, fui líder de jóvenes en la Iglesia de Dios Pentecostal Movimiento Internacional por 5 años. Soy parte de la CECE ESPOL desde el 2022, actualmente soy Coordinadora Nacional de Estudiantes.
“Eco de esperanza, el canto que nace en la oscuridad y el silencio”, hizo eco de regresar con más atención hacia los míos, con más amor, demostrar, hacer, actuar. Me llevo del ECUA el pasar por un silencio, para encontrarme con Dios, para reflexionar de su voluntad, del propósito, de que está bien cuando pasemos por ese tiempo, de que todo tiene un plan y que Dios siempre está trabajando, obrando para bien, pronto saldrá a la luz. Solo debemos estar seguros de la respuesta, aunque no sea una buena respuesta, confiar.
Siento que el ECUA me capacitó, en crear iniciativas, en observar más las necesidades de mi entorno, de lograr pequeños cambios, pero grandes acciones, que los demás verán el amor, la verdad y el servicio de una comunidad que se preocupa, que está atenta a situaciones vulnerables de la Universidad. Compartir con más estudiantes y profesionales, fue demasiado productivo quise multiplicarme para ingresar a todos los talleres, pero los que ingresé, fueron de vital importancia. Saber cómo desconectarme, como ser un mentor, la salud mental, las fortalezas y fragilidades de la vida. Estudiar dos libros de la biblia, y eso fue una luz donde ahora mis ojos son alumbrados, para alumbrar a los demás.
La noche cultural, fue para mí una experiencia inolvidable, ver como una parte de la tierra se reunió para adorar con sus riquezas culturales, y poder imaginarme que en el cielo estaremos todas las naciones y pueblos. Me teletransporté por un momento de querer ver toda la tierra en el cielo y compartir ese espacio. Conocí muchas personas increíbles, de los países andinos, me llevo en el corazón lo que compartimos, hasta los dulces recuerdos. Amé esta experiencia, y que la llama arda en todos nuestros corazones para que cada iniciativa haga eco en nuestras comunidades.
Elías Salguero
Soy estudiante de Matemáticas en Yachay TECH, vivo en la ciudad de Santa Rosa, El Oro. Formo parte de la CECE desde el año 2022.
Participar en el ECUA 2024 en Lima, Perú, ha sido una experiencia transformadora y un verdadero privilegio y estoy profundamente agradecido por la experiencia vivida y las lecciones aprendidas. Uno de los mayores ecos de esperanza que me llevo es la convicción de que, aunque los tiempos sean difíciles, siempre hay un propósito divino en medio de las pruebas. Al estudiar el libro de Habacuc, comprendí que la fe no depende de las circunstancias, sino de la confianza en la soberanía de Dios.
Este encuentro no solo fortaleció mi fe, sino que también me capacitó para ser un mejor misionero en la universidad. Aprendí a ser un testigo activo y eficaz en un entorno académico, compartiendo mi fe de manera natural y respetuosa, sin perder mi identidad como cristiano. Esto me ha motivado a servir en mi campus con mayor pasión y convicción.
Además, disfruté mucho la oportunidad de compartir y aprender de diferentes culturas y movimientos de la subregión Andina. Cada interacción me enseñó algo nuevo, desde costumbres y perspectivas hasta formas de ver la fe y la vida. Este intercambio cultural enriqueció mi conocimiento y mi corazón, recordándome que somos una gran familia en Cristo, unidos en nuestra diversidad.
Annabel Herrera
Nací en la bella ciudad del Tena, ubicada en la provincia de Napo. Actualmente estoy cursando la carrera de Educación Básica en línea en la UNEMI, en Milagro. Conocí a la CECE en el 2020 y ahora sirvo como coordinadora de manera virtual junto a mi amiga Margarita.
“El silencio y la espera nos permite recordar la fidelidad de Dios”. Mientras más cerca esté del Padre podré escuchar el eco de su voz hablando fuertemente a mi vida, si bien puede haber distractores (otras voces) que nos alejan del propósito del cual Dios ya nos ha manifestado, la voz del Señor permanecerá en medio de la oscuridad y el silencio porque él es Soberano.
El ECUA no sólo me capacitó, sino que me permitió vivir el Evangelio en comunidad. En cuanto a herramientas y estrategias pude aprender muchas, pero de manera específica tomé el taller “Mi proyecto de vida Universitario” y la problemática se centró en el no saber que camino tomar, o preguntarnos ¿Ahora que hago, ya acabé la U o ya terminé un semestre? ¿Cómo puedo servir a través de mi profesión?, la misión empieza siendo empáticos e intencionales con mis compañeros de la U, brindar una orientación o hacer un puente entre la ciencia que estoy estudiando y el servicio con el reino de Dios. Entender que puedo servirle a Dios a través de mi profesión y aportar para el Reino Dios.
A través de los diferentes movimientos universitarios de la región Andina, entendí que el amor por el Reino de Dios nos une y somos una comunidad que abraza el cuerpo de Cristo en el contexto Universitario y la misión de ir y hacer discípulos de todas las naciones, nos apasiona. En cuanto a los retos que se presentan en el camino, la fidelidad de Dios nos recuerda todo lo que él ha hecho en tiempos pasados y nos anima a perseverar sus promesas en el presente, mirando con esperanza el futuro. En cuanto a la cultura, me enriquecí de tanto conocimiento, experiencias, dialecto, vestimenta, gastronomía, y amor. La etapa de ir al ECUA les recomiendo no saltársela.