En estas últimas semanas participé en tres eventos académicos organizados por las tres universidades de posgrado del país: FLACSO, IAEN y UASB. Los tres eventos me llamaron la atención por su contenido, pero también por algunos de los ponentes. Me quedé sorprendido positivamente que en estos tres eventos había una significativa presencia de creyentes entre los ponentes, y esto es justamente lo que quiero resaltar.
El area de estudios en Sociología y Género de la FLACSO organizó una jornada sobre teología feminista. Las tres ponentes incluyeron a dos teólogas feministas católicas, Geraldine Céspedes y Mary Hunt, una ministra laica de tradición anabautista, Alexandra Meneses, y la moderadora era una teóloga protestante, Mónica Maher. El Instituto de Altos Estudios Nacionales -IAEN- llevó a cabo la Cátedra Francois Houtart, en conmemoración del fallecimiento del sociólogo europeo que en estos últimos años laboró como docente en esta universidad. La Cátedra incluyó a tres docentes: Gerardo Nieves, sacerdote católico y director de publicaciones de la UNACH, Fabiola Cordero, de tradición protestante, y Juan José Tamayo, teólogo y filósofo católico. El mismo Houtart además de ser un investigador social era un sacerdote católico muy comprometido con la pastoral. La Universidad Andina Simón Bolívar desarrolló la jornada denominada La Universidad que pensamos, a propósito de la conmemoración de los cien años del Manifiesto de Córdova. Uno de los ponentes principales en el evento fue Enrique Dussel, teólogo y filósofo de la liberación, radicado en México, cuya exposición giraba alrededor de cómo superar el sucursalismo académico.
Mi propósito no es analizar las ponencias que escuché u ofrecer un resumen de las mismas, quiero por ahora compartir mis impresiones de ver a académicos creyentes en estos espacios.
- Me alegra ver académicos cristianos cuya fe se articula en sus objetos e intereses de investigación. Es debido a la fe cristiana y sus estudios que muchos critican y resisten a los males del capitalismo y todo el paquete que con este viene, según su interpretación.
- Me alegra que en estos eventos de varias maneras el evangelio fue expuesto. No sé que otra oportunidad hubieran tenido algunos de los asistentes para escuchar acerca de Jesucristo y su proyecto, a menos que hubiera sido por estas voces autorizadas en ese contexto.
- Me alegra ver a académicos cristianos ser invitados a foros importantes en universidades de renombre en el país para exponer sus posturas en los temas de discusión, y hacerlo con la solvencia del caso.
- Me alegra ver a excelentes académicos cristianos –que en sí ya es mérito suficiente—que están involucrados activamente en sus comunidades de fe, y también comprometidos con el activismo político o social.
Que los cristianos en estos espacios sigan haciendo ciencia que promueva el shalom para la creación entera. Que la CECE promueva con entusiasmo estas vocaciones en la academia.