EL PENTECOSTÉS
Fernando Vera |
Al leer el texto de Hechos en “El Día de Pentecostés”, pensé en una imagen diferente a las que había visto antes en otras representaciones. Siempre se pinta a muchas personas que comparten el fuego del Espíritu Santo mientras se miran entre todos felices y conversan.
Yo quise hacer unas protagonistas muy distintas: Una niña que se mira claramente en una situación de pobreza y carga a su hermanita bebé, sin algún adulto que la acompañe, solo se tienen a las dos en el mundo.
Pero, de repente, entra a la reunión que sucede en Hechos 2 y su cara se llena de asombro. El Espíritu la acoge entre tanta gente que la ha despreciado y por si fuera poco, también pone el fuego sobre su cabeza… Y la de su hermanita también.
Mi obra quería estar llena de ternura porque así Dios nos acoge a todos en algún momento. Justo como ese fuego lleno de ternura y esperanza.
Este texto me animó a pensar en quienes son más vulnerables, porque todos lo hemos sido ante Dios alguna vez y así se conectó conmigo. Robándome el corazón a través de esas niñas. Está hecha en pintura digital y el fuego del Espíritu lo representé de color azul… Porque el fuego azul es mucho más potente.
LA VERDADERA IGLESIA
Kerly Cando |
En Hechos 10, vemos como la visión de Pedro significa que no hay favoritos para Dios—todos son bienvenidos—. Mientras oraba y meditaba sobre cómo hacer la obra, vino a mi mente la imagen de la Santa Cena con Jesús después de haber resucitado, y en lugar de que sólo estuviera con los 12 apóstoles, me lo imaginé con mujeres, niños, hombres, ancianos, de distintos tipos de culturas, alrededor de Jesús compartiendo ese momento con él. Para representar que estaban entretejidos por el Espíritu, hice un tejido de hojas con los colores de la CECE, les mascarillas para representar el contexto actual de pandemia y el fondo representa estar rodeados de la creación del Señor.
LA MISIÓN EN TIEMPOS DE SUFRIMIENTO
Juan Esteban Vásquez |
La vida es sufrimiento, una verdad establecida por la Biblia. Decidí representar esto con un retrato de llanto. Un símbolo universal de sufrimiento. Para mi sorpresa, Joss lloro de verdad. Algo que yo no podría hacer. Para esto me compartió de un tiempo difícil en su vida y pusimos una canción que le recordaba este tiempo, cuyo título acompaña al retrato.
Podemos reaccionar de dos formas al sufrimiento. La primera es tomar ese sufrimiento (que es muy real) como razón para hacer justicia en contra de Dios por darnos una existencia llena de tragedia. Esto lo representa el retrato de la izquierda: alguien que decide taparse los oídos e imponer a gritos su ira. Una reacción que vemos en Hechos capítulo 7, cuando Esteban es juzgado y ejecutado injustamente por un pueblo lleno de resentimiento. Esta reacción es común en cada uno de nosotros. El texto que acompaña al retrato es una declaración de uno de los asesinos del instituto de Columbine (1999), “No merece la pena luchar por la raza humana, solo merece la muerte…Ya nada significa nada.” Quién de nosotros no se ha sentido así alguna vez.
La otra forma de reaccionar al sufrimiento es con amor. El amor es algo muy difícil de definir y se puede hacer de muchas formas. Pero esta vez, en el retrato a la derecha, se representa como alguien que mira hacia arriba y pide un deseo a una estrella. Es algo que todos hemos hecho. Es literalmente pedir por algo que no puedes alcanzar asumiendo que algún día lo vas a alcanzar. Eso para mí es creer como un niño. Creer que todo es posible. Una creencia que contrasta fuertemente con el cinismo de los adultos. Y, una vez que decides creer te preguntas cómo puedo llegar hasta ahí y tomas las decisiones necesarias para llegar a lo más alto. Eso es amor para mí. Por eso el retrato está acompañado por una cita mi libro favorito, El Gran Gatsby. Un ejemplo más de alguien que descaradamente decidió creer en algo imposible.
Sí, la vida es sufrimiento. Vas a tomar eso como razón para hacer justicia en contra de Dios por darnos una existencia llena de tragedia o vas a decir “Si la vida está llena de sufrimiento, pero también puede ser hermosa, por lo tanto, voy a aceptar ese sufrimiento”. Es lo que Jesús dice: “Toma tu cruz y sígueme”.