Ha sido un año lleno de alegrías y tristezas, cambios e incertidumbre y como comunidad nos gozamos haber sido acompañados por el libro de Job durante este tiempo. Quisiera compartir y recordar los aprendizajes de Job, desde los diferentes espacios y contenidos que la CECE ha puesto a su disposición.
El lema del libro fue: “Preguntas Honestas a Dios”, este nos permitió navegar la narrativa y la poesía de Job que empieza con Dios y Satanás teniendo una conversación en los primeros capítulos, éstos también describen las pérdidas de Job (familia, posesiones) y a tres de sus amigos, quienes vienen para acompañarlo en medio del profundo dolor. Desde el capítulo 4 hasta el 37, se muestran una serie de diálogos entre Job y sus acompañantes, y en los últimos capítulos se describe la respuesta de Dios y la restitución de lo que había perdido Job.
La Universidad, nuestro campo de misión, no es ajena al dolor, y el libro de Job nos ha animado a hacerle preguntas a Dios y encontrar sabiduría por medio de ellas. Las preguntas que he escuchado durante este año son: ¿Cómo podemos acompañar a quienes sufren? ¿Por qué sufrimos? ¿Dónde está Dios en medio del sufrimiento? ¿Qué hacer cuando se sufre? Tal vez el libro de Job no nos ha dado respuestas a estas preguntas, pero nos permitió acercarnos a ellas de diferente manera.
Primero: podemos identificarnos con la historia de Job. Este libro nos enseña que hay momentos en la vida en los que necesitamos saber que no estamos solos, en los que necesitamos amigos a nuestro lado. También nos indica que, en momentos de crisis, debemos acompañar e identificarnos con el dolor de un amigo, sin necesidad de expresar una palabra.
Segundo: este libro no solo nos da un medio para identificarnos sino nos ayuda responder al sufrimiento. La integridad es una de ellas. En Job vemos que su integridad es algo que se desarrolla mientras enfrenta las pérdidas y las pruebas, sin negar a Dios ni sus caminos. Job nos brinda sabiduría, que responde a la pregunta del sufrimiento, sin decir por qué sufro de una manera particular, en un momento particular y en una circunstancia particular, sino en qué descansa mi esperanza en medio del sufrimiento. En medio del dolor debemos esperar en Dios, que en el libro podemos identificarlo como paciente, presente y soberano. Dios mismo le contesta a Job poniendo a la creación como testigo. Dios estuvo presente siempre aún en medio del dolor de Job.
Tercero: nos apunta a algo más grande. En este libro podemos ver dos realidades que se sobreponen: la vida de Job y la de Cristo. En Job podemos mirar como un inocente sufre y esto es solo una sombra de lo que pasaría con Jesús. Además, en Job miramos que Dios se preocupa por nuestra aflicción y más adelante con Jesús encontramos la compresión del dolor.
Cuán profundo hemos ido con Job, hemos aprendido mucho sobre el dolor y también sobre Dios mismo. Quiero recordarles que la CECE ha puesto a su disposición varios contenidos para que sigan explorando, como: devocionales, estudios, blogs, Instagram Live, exposiciones, etc.
Para concluir, comparto lo siguiente: el temor al Señor, es el principio de la sabiduría. Y cuando estamos aturdidos y confundidos por cosas que no podemos entender en este mundo, no busquemos siempre respuestas específicas, sino busquemos conocer más a Dios en Su santidad, en Su rectitud, en Su justicia y en Su misericordia, exactamente como Job lo hizo:
“Hasta ahora solo había oído de ti
pero ahora te he visto con mis propios ojos” Job 42: 5
¡Qué el Señor les bendiga!
Daniel Castillo
Daniel es Ingeniero Químico y Asesor Pastoral de la cuidad de Quito.
