El cuerpo de Cristo se mueve en todo lugar, cada parte es importante y necesitamos caminar juntos. La colaboración entre el movimiento estudiantil y la Iglesia es clave para crecer y proclamar el Evangelio.
En estos años de servir como Asesora de la CECE y participar activamente con la iglesia he sido testigo de cuanto podemos crecer y nutrirnos si trabajamos juntos. Con estudiantes he tenido la dicha de visitar iglesias de distintas denominaciones y sectores del país, conocer a Pastores, congregaciones y familias maravillosas. Mirar cómo se vive la fe y la gracia de maneras únicas. Hemos juntado esfuerzos, sueños y muchas ideas para servir mejor a los jóvenes en el campo misionero.
Estamos llamados a construir puentes, no solo entre la ciencia y la fe, o entre creyentes y no creyentes, sino también entre la Iglesia y el campo misionero de la Universidad.
Con iglesias, hemos participado en talleres sobre salud mental, nutrición, transición del colegio a la universidad. Las iglesias nos han abierto las puertas para presentar el ministerio, han sido socios estratégicos en prestar espacios como aulas y salones, han acompañado a estudiantes en consejería. Asesores y Dirección Nacional de la CECE han sido invitados de expositores bíblicos para retiros y campamentos. Las iglesias han ofrendado para el Fondotón y para sostener al Equipo de Asesores. ¡Y tantas cosas más!
Algo que siempre digo es: la Iglesia necesita del movimiento estudiantil y el movimiento estudiantil necesita de la iglesia. Hoy quiero contarte una experiencia muy linda que vivimos con nuestro grupo de jóvenes C3 de la Iglesia Evangélica de Iñaquito y la CECE.
A inicios de septiembre, C3 organizó su campamento anual, cada año desarrollamos una temática diferente, y este año fue un campamento misionero urbano, en Quito y se llamó: “Babel: Ciudad, de adentro hacia afuera”. Exploramos qué significa la proclamación del evangelio y cómo se hace misión en la propia ciudad. Fue un campamento teórico – práctico, con varios talleres, invitados y sitios de misión. En simultáneo servimos en: la Universidad, el hospital, los medios digitales y en la plaza pública.
Para el ámbito de la Universidad, invitamos a Josué Olmedo quien nos guió en el taller: “Conectar con la Universidad”. Para la mayoría de los participantes, este tema fue nuevo y varias preguntas como: ¿cómo podemos hacer misión en la universidad? ¿cómo lo que estoy estudiando se conecta con mi fe? ¿cómo mi profesión puede servir a los demás?, fueron respondidas.
Después del taller, por la tarde, nos unimos al trabajo de la CECE en la Universidad Central. Estudiantes del Grupo nos acompañaron y nos contaron historias de misión, hicimos una caminata de oración, compartimos un refrigerio y entregamos invitaciones a los estudiantes. Fue muy especial ver los ojos de asombro de quienes hacían esto por primera vez.
Daniel Pérez, quien participó en el campamento y está iniciando su primer semestre de la Universidad, al final compartió este testimonio:
“Ha sido un gran tiempo en familia de mucho aprendizaje. Creo que es muy importante llevar a cabo este tipo de actividades en la iglesia, porque ponemos en práctica nuestra fe, tenemos la oportunidad de llegar a los corazones de los universitarios. Repartimos muchas invitaciones que decían: “Cambia la Universidad, y cambiarás el mundo”. Y es porque la Universidad es el centro donde se produce conocimiento; y si ese conocimiento va dirigido a Dios y a todo lo que eso implica, con metas justas, yo creo que tendremos un mundo mejor. Así podemos crecer de manera personal y comunitaria”.
En este tiempo, el grupo del campamento que fue a la Universidad descubrió más de la valentía, se preguntó de la vocación, oreamos por cupos y justicia en la universidad, por puertas abiertas, y muchas semillas fueron plantadas para vincular a estudiantes y profesionales en la misión.
Hoy, casi tres meses después, sigo mirando frutos de ese esfuerzo en conjunto. Un par de estudiantes se vincularon al GU de la UCE, dos profesionales se unieron al Núcleo de Profesionales en Quito y una profesional está ayudando al equipo de la CECE a abrir un Grupo en la Universidad de Otavalo. Todos ellos, escuchaban por primera vez de la CECE. Hay una urgencia grande de seguir fortaleciendo el vínculo con la Iglesia y el Movimiento Estudiantil.
¡Nos encantaría seguir uniendo esfuerzos! Si quieres conversar más y soñar juntos, escríbenos a nuestras redes sociales.
Andrea Utreras
Andrea es Psicóloga Clínica. Trabaja como Asesora Pastoral de la CECE, donde es Líder del Equipo de Capacitación y Contenidos. Sirvió, hasta 2024, como Coordinadora General del grupo de jóvenes universitarios C3 de la Iglesia Evangélica de Iñaquito. Disfruta de leer, traducir y pintar en acuarelas.