Participar en el Fondotón de la Comunidad de Estudiantes Cristianos del Ecuador (CECE) ha sido una experiencia profundamente transformadora y una gran oportunidad de servir en la misión universitaria. Este evento de recaudación de fondos se alinea con la visión de CECE de llevar el mensaje de Jesús a los espacios universitarios de todo el país, ayudando a formar y equipar espiritualmente a los estudiantes para enfrentar los desafíos de sus contextos.  

La dinámica del Fondotón es simple pero significativa: cada participante recorre kilómetros, y cada kilómetro tiene el potencial de traducirse en aportes económicos. Amigos, familiares o compañeros se comprometen a donar una cantidad específica por cada kilómetro que el participante complete. De esta forma, correr o caminar no solo se convierte en una actividad física, sino en un acto de apoyo y servicio hacia una causa que nos involucra a todos. 

El dinero recaudado a través del Fondotón se destina a financiar eventos de capacitación a nivel nacional para estudiantes cristianos, proveyéndoles de herramientas que les permitan dialogar sobre temas complejos como la relación entre ciencia y fe. En un entorno universitario, donde la fe suele ser puesta a prueba por diferentes ideologías y presiones sociales, estas capacitaciones son esenciales para que los estudiantes puedan enfrentar sus desafíos con una fe sólida y fundamentada.  

Personalmente, cada paso que daba en el Fondotón representaba el esfuerzo y compromiso de todos aquellos estudiantes que, día a día, viven su fe en entornos que a menudo pueden ser hostiles o indiferentes a las creencias cristianas. Participar en este evento no fue solo un reto físico, fue un recordatorio de la perseverancia y la dedicación que nuestra misión universitaria requiere. Ver el respaldo de tantas personas, incluso de aquellas que quizá nunca habían apoyado una causa cristiana, me enseñó sobre la fuerza que tiene la comunidad. 

Cuando nos unimos en un propósito, logramos cosas que muchas veces parecían imposibles. Cada aportación que recibíamos era, para mí, una confirmación de las palabras del apóstol Pablo: El cuerpo humano tiene muchas partes, pero las muchas partes forman un cuerpo entero. Lo mismo sucede con el cuerpo de Cristo – 1 Corintios 12:12. Cada uno de nosotros, ya sea a través de su esfuerzo físico o de su donación, contribuyó a esta misión que Dios ha puesto en nuestras manos. 

La capacitación que los estudiantes reciben gracias al Fondotón no solo les ayuda a defender su fe, sino que les permite mostrar que la ciencia y la fe pueden ser aliadas en la búsqueda de la verdad. Para los jóvenes cristianos en el ámbito académico, esta formación ofrece una perspectiva valiosa y enriquecedora que permite integrar el conocimiento académico con la espiritualidad. De esta forma, podemos mostrar que el estudio y la fe no están en conflicto, sino que pueden coexistir y profundizar nuestro entendimiento de Dios y del mundo. 

Para mí, el Fondotón fue mucho más que una carrera, fue una participación activa, en la misión de llevar el evangelio a las universidades. Este evento me recordó que cada esfuerzo, aunque parezca pequeño, cuenta para extender el mensaje de Jesús. Como dice Colosenses 3:23: “Todo lo que hagan, háganlo de todo corazón, como para el Señor y no para los hombres”. 

Jonathan Lema

Jonathan Lema

Soy Ingeniero Civil de profesión graduado de la EPN. Estoy vinculado con la CECE desde el año 2016. Actualmente, sirvo como Pastor de jóvenes en la Comunidad Cristiana El Poder de su Amor. Sirvo como Profesional de Apoyo, encargado del Núcleo de Profesionales de Quito.