El cuidado de la creación es un llamado para todos. Este 5 de junio se celebra el día mundial del Medio Ambiente, establecido por la Organización de las Naciones Unidas. Con este motivo, presentamos una entrevista a Alexander, estudiante de la UTN en Ibarra, quien comparte más sobre su profesión y tarea al servicio de Dios y su comunidad a través de la apicultura.
- Cuéntanos un poco sobre ti y ¿en qué consiste tu proyecto de apicultura?
Soy Alexander, vivo la comunidad Naranjito a las faldas del cerro Imbabura a más de 3000 m.s.n.m. ubicada en la ciudad de Ibarra. Soy apicultor junior, hace un año atrás inicié capturando enjambres asentadas en árboles o cuevas. La Apicultura consiste en el cuidado, manejo, producción de las abejas y ventas de productos de la colmena, como: miel, propóleo, polen, jalea real, cera, entre otros. Así también ayudan a la polinización cruzada.
Esta actividad me permite mirar la maravillosa creación de Dios (Salmos 139:14), las abejas (Apis mellifera) son insectos muy organizados. Su organización depende mucho de la abeja reina que es la soberana dentro de una colmena y se comunican mediante feromonas.
Algo que me gusta mucho de las abejas es el sentido de orientación. Dios, en su sabiduría, hizo todas las cosas perfectas y con un propósito. Las abejas tienen la capacidad de calcular distancias y ubicaciones mediante la velocidad del viento y el sol, esto les permite visitar unas 7 000 flores al día, y se necesitan cuatro millones de visitas para producir un kilo de miel.
- ¿Cómo este proyecto beneficia a tu comunidad?
El beneficio es armónico, se dice que donde existen abejas existe un buen ambiente, ya que las abejas para su supervivencia necesitan de un medio ambiente en comunión. Mi comunidad tiene un aproximado de 430 hectáreas y existe una gran variedad de flora y fauna. Un proyecto apícola es muy importante para la conservación de las diferentes especies. En el ámbito de la agricultura, la abeja al ser un insecto polinizador ayuda a mejorar la producción y de ellas obtendríamos productos de la colmena especialmente la miel.
- ¿Cómo este proyecto es parte del cuidado de la creación de Dios?
Es muy importante su conservación, se dice que si las abejas se extinguen la vida en el planeta tierra sería de unos 4 a 5 años. En Génesis 43:11 dice que tomaron la miel como uno de los mejores productos de la tierra. Este proyecto nos permite cuidar del medio ambiente, utilizando los recursos que el Señor nos permite disfrutar, manejando adecuadamente el suelo en la agricultura, plantando árboles y flores, evitando la tala y quema de bosques, etc. Génesis 1:26, nos recuerda que, Dios nos formó para ser mayordomos de su creación y la responsabilidad de tener un buen medio ambiente se encuentra en el ser humano.
- ¿Cómo vinculas este proyecto con tu fe?
La miel es un producto de las abejas y en la palabra de Dios la menciona muchas veces, uno de mis textos favoritos es Josué 5:6: “Tierra donde fluye leche y miel”. Cuando el pueblo de Israel se encontraba en el desierto iban camino a esta tierra prometida, para mi es una ilustración de la llegada al cielo donde abunda primeramente el amor de Dios. Hay un salmo que lo canto mucho, Salmos 19:10 menciona que la palabra de Dios es más dulce que la miel. La miel es un endulzante natural, tiene beneficios medicinales y creo que la palabra de Dios tiene ese mismo enfoque de endulzar y curar nuestras vidas.
- ¿Por qué los creyentes debemos tener un especial cuidado de la creación?
Reitero la importancia de cuidar la creación, Dios nos dio la autoridad de administrar su creación debemos tener muy en cuenta que las pisadas dejan marcar, dejemos una buena marca y que las generaciones postreras continúen cuidando, administrando, podando, fertilizando y todo para la honra y gloria de Dios. Sabemos que esto es pasajero, pero mientras estemos aquí seamos unos buenos mayordomos.
Alexander Mugmal
Es estudiante de la carrera de Ingeniería Agropecuaria de la UTN Ibarra. Sirve en la Iglesia Misionera Bautista “Diospaj Llamagu”. Le encanta entonar la guitarra y pasar tiempo en el campo. Junto a su esposa sirven en un punto misionero los miércoles.