Mi querida comunidad, escribir este blog ha sido de las experiencias más difíciles de mi vida. Resumir en unas cuantas palabras todas aquellas cosas que he aprendido a lo largo de estos años de servicio en la CECE fue un reto, más gracias por leerme.
Hace nueve años llegué a mi primer evento, justamente a un EFE y, como muchos cuando llegan, no sabía qué hacía ahí. Venía de servir cinco años en mi iglesia y tenía muchas preguntas de mi fe, así que cuando Josué y Ruth fueron a mi iglesia a invitarnos, sentí esa llama que me invitaba a ser parte de algo más grande que yo.
Así empezó mi travesía. En el 2014 había dos grupos universitarios en Quito, así que, junto con mi hermano y un amigo Andrés, abrimos los grupos en la Salesiana, UDLA y USFQ respectivamente. Fuimos misioneros en la Universidad donde no conocíamos a nadie. Ruth y Josué, con su acompañamiento nos guiaron, aportaron más preguntas a nuestras preguntas. Personalmente me regalaron una nueva perspectiva de ser una cristiana comprometida con la lectura de la palabra, íntegra y sobre todo con hambre de aprender de Dios.
A lo largo de los años como estudiante, existieron algunos espacios que fueron importantes para mi crecimiento: campamentos, Grupos Universitarios y retiros. Aquí mi fe fue fortalecida, animada y desafiada.
Junto con esto, hay dos hitos que marcaron mi vida para siempre. Uno fue el ser parte del Equipo de Comunicación, que se forjó por primera vez en la vida institucional de la CECE. Este fue el espacio para crecer en mi profesión. Recuerdo cada paso, proceso y consolidación. También a cada una de las personas que aportaron con su conocimiento y arte, fue maravilloso. El proceso del libro del año es hermoso y cada vez que lo realizaba sentía la mano de Dios proveyendo la metáfora y la creatividad a los artistas para realizar las piezas de arte.
Como estudiante otro de los espacios que marcó mi vida fue el intercambio a Noruega y Brasil, junto con Lizandro. Son demasiadas anécdotas de contar, pero servir ahí me permitió crecer y ser la mujer que ahora soy, me permitió sentir a Dios de una forma tan real y confirmar mi llamado al servicio.
En el 2017 decidí formar parte de un equipo increíble, los Asesores. No fue fácil aprender a depender del Señor en todos los aspectos, especialmente el económico. He podido ser testiga de como Dios ha usado mi vida de una forma que ni yo misma lo creería. No puedo agradecer lo suficiente a Ruth y Josué, cuanto han marcado mi vida con su ejemplo y servicio, cuan agradecida estoy con este equipo, que ha marcado mi forma de pensar con sus diferentes habilidades y las cosas inimaginables que pudimos crear.
Los aprendizajes más significativos siendo Asesora fueron: cuidar de otros empezando por mí; Dios puede utilizar todos tus talentos para la edificación de su Reino, en mi caso la música y el arte; y tercero ver la humanidad de los líderes, fue un espacio sano donde las personas podían ser honestas y no necesitaban ponerse máscaras, cristianos reales haciendo ministerio, con sus luchas y sus alegrías.
Mi último rol como Asesora fue dirigir el equipo de comunicación. Como le escribí antes, entré al equipo cuando no había nada y empezamos de cero. Para ese último año gracias al liderazgo de Josué y Brett, teníamos redes sociales activas, un equipo establecido que trabaja con voluntarios, fue todo un reto para mí, pero el Señor me regaló la oportunidad de liderarlo.
La CECE es una familia de líderes cristianos imperfectos, a quienes no nos da pena aceptarlo. No importa de donde vengas, la iglesia a la que asistes, ni que pensamientos tengas, aquí tienes la oportunidad de preguntar sin miedos, sin reprensiones, de hecho, ahí está la riqueza.
Si eres un estudiante, te animo a proponer cosas nuevas. Yo siempre tuve ideas nuevas, a veces era difícil ponerlo en práctica, pero no tengas miedo a decirlas. El ministerio es de ustedes. En mi tiempo de estudiante hice muchas cosas: cine, café, música, invitaba a debates en la Universidad, algunos funcionaron y otros no, pero el objetivo era llevar el Evangelio a mis compañeros que lo necesitaban. Que el Señor ponga esa llama en cada uno de ustedes, para compartir conversaciones triviales y por medio de su ejemplo.
Si eres Asesor, Asesora o estás pensando en serlo: hazlo. No digo que va a ser fácil, no lo es, pero encontrarás el tesoro de invertir en la vida de otras personas, de tener nuevas herramientas para servir, no solo en tu iglesia local sino en la vida. No tengas miedo, el Señor te proveerá TODO lo que necesitas, yo he experimentado esa gracia infinita de Dios.
Gracias CECE por regalarme lo que soy, por esta década por invertir en mí, sé que no fue fácil, gracias por creer en mí, dejarme estudiar, crear y luchar por mis ideales. Por darme la oportunidad de conocer al amor de mi vida. Gracias por los espacios para hacer las preguntas adecuadas, por regalarme la oportunidad de conocer a gente maravillosa de la IFES que ha nutrido mi vida y por ser una familia que, aunque cambia cada cuatro años, su esencia no cambia.
Espero que el legado que dejo pueda ser asumido por la nueva generación, dar paso a otros y otras no es siempre fácil, pero es lo correcto. Eso hace un buen líder cristiano, no ser indispensable, dejar el ministerio para crecer en otras áreas, en otras etapas. Les amo y les dejo con esos abrazos que quienes me conocen y los han recibido han sido bendecidos y bendecidas.
Gracias por acompañarme en esta nueva etapa de mi vida, porque una vez Ceceniana, jamás dejas de serlo.
Con amor,
Ruth.
Ruth Tobar
Magíster en Teología, Licenciada en Comunicación Social. Una sierva del Señor hasta que venga a recogerme.