El ser humano, a lo largo de toda su historia se ha enfrentado con el problema del sufrimiento, y ha intentado de varias formas, encontrarle una explicación. Por lo que, en muchas culturas, al enfrentarse con problemas como las catástrofes naturales, surgía la idea de que los dioses estaban enojados, y se debía hacer algo para contentarlos.
En el antiguo pueblo hebreo, también se había desarrollado aquella teología de la retribución divina, esto es, que los males del mundo, las enfermedades, la pobreza, entre otras cosas, eran consecuencias del pecado personal. Hoy nosotros también tenemos ciertas expresiones que muestran rezagos de estas ideas, como cuando un padre le dice a su hijo: “pórtate bien, sino Diosito te castiga.”
En la Biblia en cambio, encontramos que el dolor y el sufrimiento que experimentamos hoy no necesariamente es consecuencia del pecado individual del ser humano que sufre. Aunque si bien es cierto, habrá ocasiones en las que, como consecuencia de nuestros errores, Dios nos permitirá experimentar circunstancias difíciles, pero no siempre es así.
El libro de Job precisamente es un ejemplo de que no siempre los que sufren lo hacen por causa de su pecado. El libro comienza diciendo de Job que era un hombre justo y perfecto, temeroso de Dios y apartado del mal (Job 1:1). Sin embargo, Dios por alguna razón permitió que experimente sufrimiento en su vida. Job sufre la pérdida de sus hijos e hijas, su propiedad y sustento económico y finalmente su salud (Job 1: 13-19).
Cuando los amigos de Job llegaron a él y comenzaron a hablar, mostraron que también tenían esa misma teología retributiva. Elifaz dijo:
» Ponte a pensar: ¿Quién que sea inocente ha perecido? ¿Cuándo se ha destruido a la gente íntegra? La experiencia me ha enseñado que los que siembran maldad cosechan desventura. (Job 4:7-8 NVI)
Pero, el mismo libro es una corrección de aquellas ideas, ya que nosotros como lectores sabemos que Dios no estaba castigando a Job por algo que él haya hecho.
Jesús también en alguna ocasión tuvo que corregir estas ideas de sus propios apóstoles. Al ver a un hombre ciego de nacimiento ellos le preguntaron si ese hombre nació así por causa de su pecado o por el de sus padres, a lo que Jesús respondió que ni por su pecado, ni por el de sus padres, sino que nació así para que la gloria de Dios se hiciera evidente en su vida (Juan 9:1-3).
En definitiva, la Biblia nos enseña que Dios no desea el sufrimiento del ser humano. Dios estuvo dispuesto a morir en la cruz para salvarnos de las consecuencias de nuestro pecado (Romanos 5:8). Incluso Jesús, en su vida terrenal también experimentó dolor, sufrimiento, e incluso lloró identificándose con el dolor de otros (Juan 11:35). Aunque el libro de Job termine y Dios no le dé una respuesta del porqué de su sufrimiento, nosotros podemos encontrar esperanza al comprender que por sobre los sufrimientos de Job, estaba Dios soberanamente al control de la situación.
Además, teniendo en cuenta la respuesta de Jesús a sus apóstoles, nosotros podemos tener esperanza al comprender que el sufrimiento muchas veces servirá para que la gloria de Dios se haga evidente en nuestras vidas.
¡Qué importante es saber encontrarnos con el Dios de la Biblia! Aquel con quien podemos relacionarnos como un Padre amoroso, que, aunque en ocasiones nos permita experimentar situaciones de dolor o sufrimiento; por nuestros propios errores, como consecuencia de la naturaleza caída y la maldad de otros, o hasta por hacer la voluntad de Dios. Pero al final tenemos la seguridad, que aun todo eso, Él puede encaminarlo para nuestro bien (Romanos 8:28).
Hugo Vásquez
Hugo participó como estudiante en la CECE y actualmente sirve en la Junta Directiva. Ha servido como pastor en la Misión Liebenzell del Ecuador durante ocho años, actualmente es divulgador de contenido sobre Biblia y Teología en plataformas digitales. Ha sido profesor en el Seminario Bautista del Ecuador. Estudió Teología en la Universidad Cristiana Latinoamericana. Es Magister en Estudios Teológicos en Miami International Seminary, y se encuentra estudiando Psicología en la Universidad Técnica Particular de Loja.