¿Qué significa ser amigos en momentos de sufrimiento? Ésta es una serie de 2 entregas, en las cuales se presentan a los amigos de Job y sus argumentos en respuesta a su sufrimiento. Hoy, en la primera parte vamos a explorar el diálogo entre dos de los amigos que acompañaron a Job.
Empecemos con el primer diálogo (Job 4-7). Después de un tiempo de silencio y de escuchar las quejas de Job, Elifaz el temanita, pide la palabra y comienza resaltando cosas buenas de Job: le recuerda como él solía animar, apoyar y fortalecer a los que se encontraban sufriendo y le invita a seguir sus propios consejos. Le habla sobre su experiencia y su creencia en cómo Dios obra en referencia a las acciones de los hombres y sobre aceptar la disciplina del Señor a causa del pecado y el consuelo que trae, condenando así la actitud de Job. En resumen, el razonamiento de Elifaz es: el pecado es la causa del sufrimiento, Job está sufriendo, entonces Job ha pecado. Su respuesta al sufrimiento de Job se reduce a una fórmula con un razonamiento bastante limitado.
Por otro lado, Job siente que el Señor le ha derribado y lanza la siguiente pregunta en el versículo 5 del capítulo 6: “¿Acaso no tengo derecho a quejarme?”. Así como los burros cuando no encuentran hierba, como los bueyes que no tienen que comer, como la gente cuando la comida no tiene sal. Job añora que Dios le otorgue la muerte. Aún se mantiene firme pero muy adolorido, siente que ya no tiene la fuerza para seguir soportando tanto. Job se vuelve a sus amigos reprochando su acusación, les dice que son poco confiables. Les pide que practiquen la compasión y dejen de ignorar su dolor, su desesperación. Su deseo es que dejen de suponer que está mintiendo, que hizo algo malo para merecer todo lo que le acontece.
Continuamos con el segundo diálogo entre Job y Bildad (Job 8-10). Bildad el suhita, es el segundo en hablar en los debates con Job. Él prosiguió con el tema que había iniciado Elifaz. Los discursos de Bildad fueron más cortos, pero más severos. Fue el promotor de culpar un mal proceder de los hijos de Job y por lo tanto fueron merecedores de la calamidad. Se acerca con una actitud más acusadora, le recuerda que Dios se encarga de premiar al bueno y castigar al malo. El discurso de Bildad incluye elementos de la teología de la retribución que nos llevan a pensar que Dios es justo y que, ya sea Job o los suyos tuvieron que hacer algo malo para recibir tal castigo. Y aquí Job siente como que le echan sal a la herida. Está de acuerdo con el argumento de Bildad, pero él está convencido de que Dios ha condenado a un inocente. Manifiesta que no hay diferencia entre ser bueno o malo, en ambos escenarios uno termina afectado por el sufrimiento y la calamidad. En el discurso de Bildad encontramos también parte de la teología tradicionalista que atesora la experiencia y conocimiento de los ancestros.
Este diálogo con sus dos amigos nos resulta muy familiar y nos recuerda que todos podemos encontrarnos en cualquiera de las dos posiciones. No es nada fácil y muchas veces podemos equivocarnos. Todos podemos pasar de ser los que animan, a ser los que sufren. El apoyar y acompañar a otros, no hace que seamos inmunes ni que tengamos la respuesta o solución. En medio del sufrimiento, las creencias suelen ponerse a prueba, es muy difícil mantenerse firme cuando hay dolor que intenta disuadir y distraer la fe. A veces tratamos de exhortar, aconsejar o corregir sin escuchar, sin priorizar las necesidades de la persona que sufre.
Reconocemos que los amigos de Job se equivocaron, sus respuestas se limitaron a elementos de verdad muy reducidos, pero hay un par de cosas que rescatar de este diálogo, siempre Dios fue el marco de referencia dentro de la conversación, incluso cuando el dolor muchas veces lo que hace es querer echarle la culpa. Otro punto muy importante es que los amigos de Job a pesar de sus errores estuvieron ahí para él.
Les invito a pensar en cómo somos nosotros como amigos, en cual es nuestra tendencia al momento de acompañar. ¿Tratamos de ubicarnos en la situación del otro? ¿Tenemos cuidado de la forma en la que nos expresamos y nos dirigimos? ¿Estamos dispuestos a escuchar o nos acercamos con prejuicios y respuestas elaboradas? ¿Estamos para traer consuelo real en lugar de agrandar la herida? Ser amigo o apoyo de alguien que está en dificultad requiere mucha paciencia y amor. Requiere escucha, gracia y atención.
Jeremy Guaña
Graduado de la Universidad de las Américas en Hospitalidad y Turismo. En el año 2016 conoció a la CECE, y ahora sirve Asesor Jr. acompañando Grupos en Quito y Babahoyo. En sus tiempos libres disfruta mucho tocar guitarra y cantar, cocinar y ver películas.