Cuando escogimos Deuteronomio para estudiar y guiar nuestra misión como CECE durante el 2020 nunca nos imaginamos que íbamos a vivir una pandemia, cuarentena y enfrentar un tiempo de tanta incertidumbre. En estos días me ha consolado y ayudado a tener una mejor perspectiva, el ponerme en los zapatos de los Israelitas escuchando a Moisés cuando están a punto de entrar una tierra llena de lo desconocido, lo incierto, de obstáculos y tentaciones. Hay cuatro verbos que se repiten en Deuteronomio los cuales me han orientado en medio del contexto actual de preocupación, temor e incertidumbre por la crisis que vivimos. Recordar, amar, escuchar, elegir. Lean conmigo el siguiente texto y observemos juntos la acción de estos verbos.
Investiga los tiempos pasados, desde el día que Dios creó al ser humano en la tierra, y examina la tierra de un extremo a otro del cielo. ¿Ha sucedido algo así de grandioso, o se ha sabido alguna vez de algo semejante? ¿Qué pueblo ha oído a Dios hablarle en medio del fuego, como lo has oído tú, y ha vivido para contarlo? ¿Qué dios ha intentado entrar en una nación y tomarla para sí mediante pruebas, señales, milagros, guerras, actos portentosos y gran despliegue de fuerza y de poder, como lo hizo por ti el Señor tu Dios en Egipto, ante tus propios ojos? A ti se te ha mostrado todo esto para que sepas que el Señor es Dios, y que no hay otro fuera de él. Desde el cielo te permitió escuchar su voz, para instruirte. Y en la tierra te permitió ver su gran fuego, desde el cual te habló. El Señor amó a tus antepasados y escogió a la descendencia de ellos; por eso él mismo personalmente te sacó de Egipto con gran poder, y ante tus propios ojos desalojó a naciones más grandes y más fuertes que tú, para hacerte entrar en su tierra y dártela en posesión, como sucede hoy. Reconoce y considera seriamente hoy que el Señor es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra, y que no hay otro. Obedece sus preceptos y normas que hoy te mando cumplir. De este modo a ti y a tus descendientes les irá bien, y permanecerán mucho tiempo en la tierra que el Señor su Dios les da para siempre.
Deuteronomio 4:32-40
Podemos observar en los versículos 32 al 38 que Moisés mira hacia atrás, para ver como Dios ha escogido, salvado y guiado al pueblo. Esta es la acción de RECORDAR. Al igual que Moisés anima a los Israelitas a recordar a su Dios creador quien les sostuvo durante 40 años en el desierto; hoy, yo también puedo recordar la fidelidad y provisión de Dios en momentos difíciles en el pasado. Si Dios proveyó y estuvo presente en el pasado, su carácter no ha cambiado y está presente ahora en cada momento difícil.
En los versículos 34 y 37 observamos acciones concretas de Dios que muestran su amor al salvar y proveer. Es en base a esta relación de Dios con su pueblo, que se Dios nos invita a amarle. En el capítulo 6:4-9 encontramos el texto central de AMAR a Dios con todo tu corazón, alma y fuerza. En este contexto amar a Dios se evidencia al elegir una vida de lealdad a la misión de Dios y ser fieles a su llamado, en medio de los cambios culturales constantes. Caminando con el libro de Deuteronomio hemos observado que nuestra obediencia nace de una relación de afecto con Dios. Amar a Dios se evidencia en escuchar y obedecerlo.
Seguimos con los versículos 33 y 36 que describen cómo los Israelitas escucharon la voz de Dios en vivo en directo. El desafío para el pueblo de Israel era aprender a ESCUCHAR la voz de Dios y la guía de Moisés en medio de las voces internas de sus inseguridades y voces externas de una vida desconcertante en el desierto. Para nosotros también es desafío escuchar la voz de Dios desde su Palabra, junto con la comunidad de fe, siendo una brújula que guía nuestro vivir. Esta voz es aún más fuerte que la voz incesante de las noticias, redes sociales o circunstancias alrededor que nos abruma.
Después, en el versículo 39, Moisés invita a los Israelitas a reconocer quién es Dios y obedecerlo hoy, aquí el desafío de ELEGIR con acciones concretas. Elegir es el paso donde recordar, amar y escuchar su unen y se vuelve una palabra y acción concreta en la vida de Israel y en mi vida diaria. Es escuchar las indicaciones de Dios con el propósito de confiar en Él para proveer y guiar, y con el propósito de construir una sociedad caracterizada por la justicia y por el cuidado del marginado.
Este ejercicio de mirar hacia atrás, mirar hacia el futuro y elegir hoy es algo que podemos hacer a nivel individual, familiar y como movimiento estudiantil. Cuando me abruma la realidad actual, cuando mis estudios o planes de vida no se van aclarando como me gustaría, cuando mi corazón se llena de desesperanza al ver que las cosas no van a mejorar pronto con la pandemia… puedo recordar, amar, escuchar y elegir.