La tarea de un asesor de la CECE con los estudiantes y los Grupos Universitarios, es formar, acompañar y modelar. Hoy, Paola nos cuenta cómo ha impactado el acompañamiento de un asesor en su vida universitaria. También, Fabián y Verito comentan lo que significa para ellos ser socios de misión de un asesor de la CECE.
Mi nombre es Paola Cabezas, estoy por graduarme de la carrera de Ingeniería en Biotecnología en la Universidad de las Fuerzas Armadas ESPE. La vida universitaria trae muchas confrontaciones a la fe y a los principios, y querer caminar de manera diferente y contracorriente es difícil, más aún si se transita por ese sendero solo. Un asesor es esa compañía y ánimo indispensable para avanzar. Su experiencia y conocimiento brindan un soporte tanto para los coordinadores como para cada estudiante en el Grupo Universitario (GU). De manera personal, mi asesora ha sabido animar y aconsejar en distintas situaciones, y todo eso ha sido para mi bienestar y así también para servir en la universidad.
Admiro el trabajo de los asesores y el tiempo que dedican a preparar recursos y materiales para capacitarnos. Recuerdo que en el Campamento Nacional anterior, participé de las “Mesas Calientes”, en las que tratamos temas de interés. Para mí fue importante conversar sobre feminidades y pornografía, temas que tal vez la iglesia olvida tratar. Respecto a los talleres que asistí, encuentro muy útil el de “Panorama Bíblico”, fue maravilloso explorar el propósito en común de la gran narrativa y ser inspirada por el cómo los asesores exponen el taller. Estos temas han sido muy importantes para mi crecimiento universitario.
Los asesores también nos enseñan a utilizar recursos evangelisticos como “Uncover: Descubre a Jesús por tí mismo”. Este libro permite explorar uno de los evangelios con preguntas y vídeos que profundizan todos los contenidos. Con la guía de mi asesora, tuve la oportunidad de utilizar este libro con mis amigos de la universidad, surgieron conversaciones muy interesantes.
Durante un año serví como coordinadora de mi GU y cuando empecé, sentía un poco de temor y mucho anhelo. En medio de eso, mi asesora ha sabido calmar y explicar el sentido de todas las actividades y me ha enseñado a amar mi responsabilidad con el grupo. La confianza y desempeño de muchos coordinadores se da por el apoyo constante de su asesor. Es muy claro cómo se da ese crecimiento y desarrollo de la persona en la coordinación y en la vida personal.
Mi nombre es Fabián Ortiz, soy coordinador de Liturgia en la Iglesia Evangélica de Iñaquito y mi esposa, Verónica Grefa, es docente de la facultad de Mecatrónica en la Universidad Internacional del Ecuador. Somos socios de misión de una de las asesoras que sirve en dos universidades en Quito. Conocí de la CECE debido a mi amistad desde adolescentes con Josué Olmedo, quien sirvió como asesor y años después como Director Nacional de la CECE. Pudimos verlo crecer en su liderazgo y en el pastoreo a algunos chicos.
Decidimos ser socios de misión al recibir la invitación a unirnos a la obra estudiantil. La asesora a quien apoyamos es una persona conocida; sin embargo, fue su involucramiento con el grupo de jóvenes universitarios de mi iglesia que nos permitió ver de primera mano su forma de trabajar, de promover el liderazgo juvenil, de darse a los demás e inspirarlos. Hemos podido ver de cerca cómo otros universitarios son retados a tomar acciones, decisiones o hacer sacrificios por el bien de otros. Estamos seguros de que los universitarios pueden liderar, pero al mismo tiempo ser guiados. Nuestra asesora, les ayuda a usar su intelecto de manera más productiva, abrir sus criterios a otras realidades, y servir con convicción.
Para quienes están considerando ser socios de misión de la CECE les decimos que invertir en personas que están siendo preparadas intelectual y socialmente, es una excelente forma de extender el reino de Dios. El contexto universitario, donde convives ampliamente durante tus años de estudios superiores, es un gran campo para sembrar la Palabra y los valores del Reino de los cielos.
