A una semana de acudir a las urnas, de los 13 millones de empadronados para votar, la gran mayoría ignora qué realmente elegimos el 24 de marzo venidero.
Si se pregunta en los círculos de amigos, familiares o de trabajo cuántas papeletas recibirá al momento de sufragar, pocos saben la respuesta precisa.
Los electores urbanos recibiremos seis papeletas. En una votaremos por un alcalde cantonal. En la otra, por un prefecto provincial, con excepción de Galápagos, son 23 en total. En la tercera elegimos varios concejales municipales (depende del lugar de votación); en el caso de Quito y Guayaquil por ejemplo debemos estar atentos a los distritos, porque cada uno tiene un número fijo de concejales a elegir.
En las tres papeletas siguientes debemos votar por siete consejeros del CPCCS (Consejo de Participación Ciudadana y Control Social). En una papeleta elegimos tres varones, en la segunda tres mujeres y en la tercera un representante de los ecuatorianos residentes en el exterior o por los pueblos y nacionalidades indígenas.
Los votantes que viven en el sector rural también eligen a los miembros de las Juntas Parroquiales. Por lo tanto, recibirán siete papeletas.
En estas elecciones se ha dado una proliferación de candidatos a las distintas dignidades que es imposible memorizar todos sus nombres. Igual ocurre con los movimientos y partidos políticos que han aparecido y se han sumado a los ya existentes.
Si recordar las candidaturas es complicado, peor aún sus propuestas. ¿Qué hago para votar con conocimiento y no desinformado/a? Sugiero un ejercicio de memoria para conocer el pasado público y privado de candidatos. ¿Qué hicieron antes en la función pública o en el sector privado donde participaron? Puedo acudir a la página de ecuador-decide.org/ que orienta sin tomar partido, por ejemplo.
Poner atención en el cómo van a cumplir con lo que ofrecen y no tanto en lo qué van a hacer los candidatos. Discernir cuáles son las verdaderas funciones de estas autoridades que vamos a elegir, porque en campaña los candidatos ofrecen cosas que la Constitución y las leyes no les faculta realizar, con tal de obtener votos.
Vivimos una Democracia Representativa no plena, lejos de una Democracia Participativa. En la segunda se debe tomar en cuenta al ciudadano para que aporte y participe de las soluciones a sus problemas. En la elaboración del presupuesto para su gobierno local (parroquia, municipio o provincia). De lo contrario solo estaríamos limitados a dar nuestro voto y delegar el poder a la autoridad que elijo para que me represente y no participo en nada más.
¿Qué es y qué hace este CPCCS?, es una de las preguntas que nos hacemos. Surgido con la Constitución de 2008 se considera, al menos en nuestra estructura democrática, la Quinta Función del Estado (Función de Transparencia, Control Social y Participación Ciudadana), después de la Ejecutiva, Legislativa, Judicial y Electoral. Desde su creación ha sido muy polémica y muchos plantean su disolución. Tiene responsabilidades importantes como los nombramientos de algunas autoridades (Fiscal, Contralor, Consejeros del Consejo Nacional Electoral, entre otros).
Hay gente que promueve el voto nulo en las papeletas que los eligen para quitarle legitimidad a su elección.
Sin embargo del poco interés que muestra la ciudadanía por estas elecciones, todos hablan a favor o en contra de los políticos o los problemas que nos afectan como sociedad.
El rol que cumplen las redes sociales con la difusión de propaganda electoral, cada vez es más influyente. Aunque difunden muchas noticias falsas que confunden al electorado. Hay que estar alerta de lo que leemos y miramos en estas redes, como FACEBOOK o Instagram, porque no todo lo que publican es real.
No existe un auténtico control y monitoreo del gasto electoral. Este presupuesto es financiado por el Estado a través del CNE (Consejo Nacional Electoral) para la promoción en radio, prensa, televisión, medios digitales y vallas. En internet no hay regulaciones.
Mi responsabilidad como ciudadano, no termina al dar mi voto obligado, quizá inicia. Que el Señor Jesucristo acompañe a Ecuador en esta nueva aventura de elegir autoridades que, se entiende, ya en el poder buscarán el bien común. ¡Esa es mi oración!
Por Edwin Chamorro Erazo
Edwin es un miembro de la Junta Directiva de la CECE. Comprometido con el ministerio estudiantil por muchos años, su labor fue fundamental en la estructuración inicial de la CECE. Al inicio de la década de los 90 fue Director Nacional interino por alrededor de un año. Licenciado en Comunicación Social y Magíster en Gobernabilidad y Política por la UCE. Sirve como director de noticias en HCJB y es miembro de la Iglesia Evangélica Bíblica en el Inca.